El diamante llamado Matrioshka es el único en el planeta tierra y aún no le ponen precio, aquí te contamos el insólito caso de esta hermosa joya la cual encontraron unos mineros rusos.

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El brillante simplemente es un carbono puro cristalizado y el más duro de todos los cuerpos, generalmente incoloro; es la más preciada de las piedras preciosas y posee gran brillo una vez que fue tallada. Con este material se pueden hacer collares, anillos aretes y una infinidad de joyas, pero los criterios para juzgar el valor de este son el peso, la forma y sobretodo las cualidades ópticas (pureza, brillo) y el color.

Unos mineros rusos descubrieron una rareza gemológica, «un diamante dentro de otro diamante», esta inusual pero sorprendente formación la llamaron Matryoshka y se cree que es el único en el planeta tierra y el único en su tipo, a pesar de todo esto todavía no se le ha asignado un valor monetario, pero por solo existir este debemos imaginarnos que la cantidad que valdrá será estratosférica.

El pequeño diamante se mueve libremente dentro del otro diamante, dado que existe un espacio de aire entre ambos. Fie llamado así por los juguetes de muñecas rusas de anidación. Increíblemente si hay mucho espacio dentro del diamante más grande, que el más pequeño, esto hace que se pueda sacudir y obviamente mover dentro como si fuese una sonaja.

El diamante con mayor grandeza tiene 0,62 quilates, y el pequeño pesa solo unos 0,02 quilates. Esta joya fue extraída de una mina en Siberia concretamente en Niurba, Yakutia, al noreste del país y fue entregada al Instituto Geológico para la Investigación y el Desarrollo de ALROSA, que usó imágenes espectroscópicas de rayos X para ver más de cerca la gema.

Según dicen los científicos dicen que este diamante tiene alrededor de 800 millones de años y sospechan que el diamante más pequeño se formó primero.

Los diamantes se forman abajo de la de la Tierra en profundidades de 160 kilómetros. Algunos diamantes, como el Hope, se forman aún más abajo de la superficie, a una profundidad de más de 2,896 kilómetros. Esta combinación de alta presión crea las condiciones perfectas para que crezcan, por eso es que así son llevados a la superficie durante alguna explosión volcánica.

H/T –  Laverdadnoticia