La enfermedad de hígado graso no alcohólico (HGNA) es la acumulación de grasa en el hígado, no relacionada con el consumo excesivo de alcohol y estrechamente ligada al sobrepeso. Se trata de una condición clínica cada vez mas frecuente y está anexada a múltiples alteraciones de perfil cardiometabólico, desde la resistencia insulínica hasta la alteración del volumen y calidad de los lípidos, todas favoreciendo el compromiso cardiovascular, que es la primera causa de muerte a nivel mundial. El uso de un antioxidante como la Vitamina E ha resultado tremendamente efectivo en su tratamiento, aunque recomiendo, dada su capacidad de “oxidarse”, aportar paralelamente otro antioxidante recuperador, para evitar que los beneficios de la Vitamina E se pierdan o incluso se reviertan. Estamos ante otro ejemplo del impacto de la medicina ortomolecular en la clínica. Dr. Cubrías.

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El profesor Ken Sato trabaja en el Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Medicina de Aichi, Nagakute, Japón. Recientemente, él y su equipo llevaron a cabo un metaanálisis para examinar el efecto beneficioso de la vitamina E en la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA), incluida la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). El objetivo era evaluar la eficacia de la vitamina E para mejorar la función hepática. El profesor Sato concluye su informe diciendo: «Este metaanálisis indica que el tratamiento con vitamina E mejora los parámetros bioquímicos en suero y la histología hepática en HGNA/EHNA; en los pacientes adultos de EHNA, especialmente, la vitamina E también mejora la fibrosis, la inflamación y el balonamiento hepáticos».

El hígado graso causado por el estilo de vida y no por consumo de alcohol es un problema creciente en todo el mundo. En sus primeras etapas, a menudo no presenta síntomas. El hígado graso no alcohólico suele llevar asociados los efectos habituales del síndrome metabólico, es decir, obesidad, resistencia a la insulina y diabetes de tipo 2 (DT2).

El HGNA, que abarca un amplio abanico de trastornos, se ha convertido en un problema importante de salud y es la enfermedad hepática más frecuente en todo el mundo. Se calcula que su prevalencia ronda el 20-30% de la población general y hasta el 70-80% de las personas obesas, pero sólo entre el 16 y el 20 % de las personas con peso normal. El patrón histológico del HGNA puede degenerar en EHNA, fibrosis hepática, cirrosis y también carcinoma hepatocelular. La terapia antioxidante en forma de vitamina E se ha considerado beneficiosa en el tratamiento de EHNA, pero era necesario seguir trabajando para comprender bien los datos. Este análisis podría tener un importante impacto en la salud pública, porque el hígado graso no alcohólico también se considera factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, la DT2 y la insuficiencia renal crónica.

Aunque la vitamina E se ha utilizado a menudo en el tratamiento de HGNA/EHNA, no se ha cuantificado sistemáticamente la magnitud de la respuesta asociada a la vitamina E para mejorar la función y la histología hepáticas en estas dolencias. En el presente estudio (1), el profesor Sato utilizó criterios de inclusión y exclusión muy estrictos para evitar posibles imprecisiones. Por este motivo, la lista de publicaciones relevantes incluidas en el metaanálisis quedó reducida a cinco.

El metaanálisis concluyó que la terapia con vitamina E puede reducir el nivel de daño hepático asociado a la hepatitis y la cirrosis en niños y adultos con HGNA y EHNA. En concreto, el tratamiento con vitamina E redujo considerablemente el nivel de determinadas enzimas hepáticas, elevado en personas con HGNA y EHNA (por ejemplo, aspartato transaminasa, alanino aminotransferasa y fosfatasa alcalina). Desde el punto de vista de la patología celular, la vitamina E demostró reducir la esteatosis (retención anormal de lípidos en la célula que altera el núcleo), la inflamación lobular e incluso el balonamiento hepatocelular del hígado.

En 2010, Sanyal et ál. documentaron un ensayo aleatorizado, multicéntrico y doble ciego de 96 semanas para determinar el efecto de la vitamina E y la pioglitazona (una tiazolidinadiona que aumenta la sensibilidad a la insulina) en la histología hepática de pacientes no diabéticos con EHNA (ensayo PIVENS). El grupo del ensayo con vitamina E recibió una dosis diaria de 800 UI/día. Como resultado, mejoraron las características histológicas del hígado en un 43% de la cohorte, con una reducción de la esteatosis hepática y la inflamación lobular. La pioglitazona solo produjo una mejora en el 34% de los casos. No se observó ningún beneficio con la combinación de ambos tratamientos. Además, los niveles séricos de alanino y aspartato aminotransferasa disminuyeron en el grupo del estudio con vitamina E.

El profesor Sato y su equipo concluyeron: «La vitamina E mejoró significativamente la función hepática y los cambios histológicos en pacientes con HGNA/EHNA».

H/T – Senmo