El pasado 5 de noviembre, la NASA ha abierto una caja de sorpresas que llevaba más de 40 años sellada. Se trata de la Muestra 73002, un contenedor sellado herméticamente y conservado en nitrógeno que contiene rocas y regolito lunar recogido durante la misión Apolo 17.

No te pierdas:La roca más antigua de la Tierra fue encontrada en la Luna

La apertura es el resultado de los esfuerzos de un equipo de científicos que solicitaron su apertura en julio de 2018. Hasta hoy, a NASA conservaba tres contenedores sellados con rocas y regolito lunar correspondientes a las misiones Apolo 15, 16 y 17. La agencia tiene en su poder un total de nueve de estas muestras recogidas por los astronautas que pisaron la Luna entre 1969 y 1972. Seis de ellos ya se han abierto y su contenido ha sido examinado concienzudamente, pero faltaban tres. Uno de ellos, la Muestra 73002, acaba de “descorcharse” el pasado cinco de noviembre y sus contenidos serán repartidos entre varios equipos de científicos para su estudio.

¿Por qué ahora? La respuesta es Artemis, el nuevo programa de la NASA que pretende poner de nuevo a personas en la Luna para 2024. Los astronautas que pisen nuestro satélite en esas futuras misiones recogerán nuevas muestras geológicas, y el objetivo de los investigadores es obtener cuántos datos se pueda sobre el regolito lunar para saber mejor qué recoger y en qué fijarse cuando llegue el momento.

Las muestras también permitirán valorar mejor hasta qué punto podemos emplear los minerales lunares como recurso para obtener agua, combustible o incluso como materia prima para construir estructuras mediante impresión 3D. Sabemos que la Luna tiene depósitos de agua helada, y estudiar la nueva muestra puede servir para determinar cuál será el mejor lugar para aterrizar en las nuevas misiones. Hasta ahora se han hecho muchos experimentos en este sentido, pero la mayor parte emplean regolito simulado que se supone que comparte las mismas características físico-químicas que el material real, pero no es exactamente el real.

Además está el hecho de que los investigadores tienen ahora a su disposición más y mejores técnicas para examinar los minerales lunares. Muchas de estas técnicas como la espectrometría de masas en 3D son no invasivas y pueden servir para obtener muchos nuevos datos sin destruir las muestras. Antes de proceder a su apertura en un entorno completamente estéril y controlado, los científicos han sometido el contenedor a varios escáneres para determinar la mejor manera de extraer el material del cilindro que lo ha contenido todo este tiempo.

H/T – Gizmodo