Parte de la memoria perdida de los orígenes de Berlín, con frecuencia brutal, ha emergido a la luz del día y es reconstruida a partir de los restos hallados debajo de un aparcamiento en la actual capital germana.

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Un cementerio medieval descubierto bajo un aparcamiento de Berlín, en la plaza Petriplatz, reveló lo duro que fue vivir en aquella época, plagada de brutalidad, enfermedades y escacez de alimentos, informa Daily Mail.

Los restos de unas 3.700 personas adultas allí encontradas datan de entre los años 1047 y 1299. En su mayoría presentan daños ocasionados por armas, mientras que los esqueletos de los niños dan muestra de raquitismo y escorbuto, causado por deficiencias de vitaminas, así como de tuberculosis.

Otro hallazgo, dentro de una caja de madera, fueron los esqueletos de tres hombres seguramente ricos, con heridas causadas por hachas y espadas.

El esqueleto de un niño, al que se apodó ‘el nadador’, fue encontrado muy distorsionado, con la espalda arqueada y los brazos cruzados, lo que sugiere una posible presencia de tétanos en la ciudad.

«Una explicación podría ser que al momento de enterrarlo, el cuerpo del niño todavía estaba en rigor mortis, o espasmo extremo, con los músculos de los brazos y las piernas contraídos», dijo la arqueóloga Natasha Powers, citada por Daily Mail. «Su postura tiene una sorprendente similitud con la que se produce como resultado del tétanos,» explicó.

Los tres esqueletos masculinos pertenecen a personas adineradas y asesinadas entre 1168 y 1208, y son conocidos como el entierro de Kiste. Uno de los esqueletos presenta golpes de una cuchilla dentada en la cabeza y cortes finos en las manos, lo que sugiere que las levantó en un intento de defenderse.

El segundo esqueleto tiene rastros de un golpe con una arma que le atravesó la mandíbula y destruyó sus dientes, además de heridas en un antebrazo.

El cerebro del tercer esqueleto probablemente fue penetrado por golpes en la cabeza, que lo mataron al instante.

Junto a uno de esos cuerpos se hallaron un broche de plata, llaves y una hebilla, mientras que otro tenía monedas de plata en la boca, lo que sugiere que eran personas de alto estatus social.

Los estragos sufridos por los habitantes de aquel entonces tienen vínculos con el gobierno de Alberto I de Brandeburgo (1100-1170), también llamado Alberto el Oso, que lanzó famosas cruzadas contra los eslavos, al este de la actual Alemania, para colonizar tierras más allá de sus límites.

H/T – Actualidad