Un estudio de la Universidad de Innsbruck, en Austria, concluyó que la preferencia por los sabores amargos está ligado a personas con rasgos de sadismo, maquiavelismo y psicopatía. Esto, luego de evaluar a más de mil personas.

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La investigación abordó cómo la preferencia por distintos tipos de comida se ligaba con la personalidad de los pacientes, encontrando una correlación positiva entre el gusto por lo amargo y los rasgos sádicos, como disfrutar del dolor ajeno.

También hubo otras características que se asociaron al consumo de alimentos amargos, como rasgos de maquiavelismo (manipulación) y narcisismo.

Además, sus personalidades tenían menor empatía y tendían al egoísmo.

Para llegar a esta conclusión, los expertos reunieron a 500 hombres y mujeres estadounidenses. Les mostraron una “carta” con 500 alimentos dulces, salados y amargos por igual cantidad y les pidieron calificar cuánto gustaban de cada plato.

Entre los alimentos había pasteles, tocino, vinagre y rábanos, reporta el Standard.

Luego de que los participantes marcaron su preferencia por estas comidas, respondieron cuatro cuestionarios distintos sobre su nivel de agresión, maquiavelismo, estabilidad emocional y tendencia al sadismo.

Tenían que marcar en una escala cuánto estaban de acuerdo con afirmaciones respecto a cuán dispuestos estaban a golpear a alguien o si disfrutaban “atormentar” a otros.

Luego, los autores replicaron el experimento con otras 500 personas.

Los resultados revelaron la relación positiva entre el gusto por lo amargo y las características ya mencionadas.

“Los resultados de ambos estudios confirmaron la hipótesis de que las preferencias por los sabores amargos están asociados positivamente con rasgos malévolos de la personalidad, con la relación más robusta al sadismo y la psicopatía”.

Los especialistas postulan que la relación podría explicarse en la naturaleza “repelente” de los alimentos amargos en la naturaleza, ya que por instinto los humanos no deberíamos consumirlos.

De igual forman, postulan que los individuos con características sádicas disfrutarían de esos alimentos por el efecto que provocan en otros.

“Podrían percibirlos como (sabores) positivos a causa de su potencial de causar disgusto o una experiencia negativa para otras personas”.

El estudio finaliza haciendo énfasis en que la característica que más relación tuvo con el consumo de alimentos amargos fue el sadismo.

H/ T – Upsocl