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Entre finales de 2019 y principios de 2020, la estrella se volvió visiblemente más oscura, dejando perpleja a la comunidad científica.

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Un equipo internacional de astrónomos ha resuelto el misterio de la inesperada disminución de brillo de la estrella supergigante roja Betelgeuse, situada en la constelación de Orión, comunica el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés).

Entre finales de 2019 y principios de 2020, Betelgeuse se volvió visiblemente más oscura, dejando perpleja a la comunidad científica, pero en abril del año pasado recuperó su brillo normal. Basándose en el Telescopio Muy Grande del ESO, los astrónomos han revelado que la estrella fue parcialmente.

Ese descubrimiento forma parte de un estudio publicado este miércoles en la revista Nature, en el que sus autores determinaron que esa nube de polvo fue el resultado de un descenso de la temperatura en la superficie de la estrella supergigante roja.

La superficie de Betelgeuse cambia regularmente a medida que burbujas gigantes de gas se mueven, se encogen y se hinchan dentro de la estrella. El equipo concluye que, un tiempo antes de su atenuación, la estrella expulsó una gran burbuja de gas que se alejó de ella. Cuando, poco después, se enfrió una zona de la superficie, esa disminución de la temperatura fue suficiente para que el gas se condensase en forma de polvo sólido.

«Hemos sido testigos directos de la formación del llamado polvo de estrellas», afirma Miguel Montargès, del Observatorio de París (Francia) y autor principal de la investigación. «El polvo expulsado de estrellas frías y evolucionadas, como la eyección que acabamos de presenciar, podría convertirse en los ladrillos básicos para la construcción de planetas terrestres y de vida», añade por su parte Emily Cannon, coautora del estudio.

Se especulaba que la disminución de brillo de Betelgeuse indicaría su muerte inminente con una espectacular explosión de supernova. Sin embargo, desde ESO subrayan que en nuestra galaxia no se ha observado una supernova desde el siglo XVII, por lo que los astrónomos no están del todo seguros de qué esperar de una estrella en la antesala de un evento de este tipo. Sin embargo, esta nueva investigación confirma que la atenuación de Betelgeuse no era una señal temprana de que la estrella se dirigía hacia su destino final.

H/T – Reddenoticias