Es verano y un restaurante en España está repleto de carteles con el número 58: ¿decoración?, ¿superstición?, ¿lotería? Nada de eso. Según una creencia popular, esta cifra espanta a las moscas, tan molestas en esta época del año.

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El tuitero @castoret ha sido quien ha sacado el tema a relucir cuando, al entrar en un hotel en la ciudad española de Valencia, se percató de que el número 58 se encontraba por todas partes.

«Lo perturbador es que debo decir que está en una carretera que solo tiene naranjos, coyotes y moscas y mosquitos por doquier a 20km alrededor y la verdad es que no hay ni una puta mosca en el restaurante», explica asombrado.

Lo perturbador es que debo decir que está en una carretera que solo tiene naranjos, coyotes y moscas y mosquitos por doquier a 20km alrededor y la verdad es que no hay ni una puta mosca en el restaurante.

Pensaba que es que son así de entrañables, pero no, es una leyenda urbana en toda regla y yo vivo desconectado de la sociedad.

El internauta muy pronto se dio cuenta que no era exclusivamente de ese local, también descubrió que en otros establecimientos se hacía uso de este peculiar remedio.

El hilo del usuario, en el que explica su descubrimiento, se hizo rapidamente viral en Twitter, donde se ha bromeado e ironizado sobre el tema.

Pero hoy ha pasado algo insólito, la noticia de que el número 58 ahuyenta moscas en un hotel.

Se desconoce la procedencia de esta práctica que, según algunas teorías, funciona porque el 58 se asemeja a una tela de araña y, por eso, las moscas se alejan. En la comunidad del País Vasco, en el norte de España, parece que su uso está bastante extendido. Lo cuenta el dueño de un restaurante en una entrevista a la televisión local ETB.

«¿El 58 funciona de verdad?, ¿es mejor que un matamoscas?», pregunta el entrevistador. «Sí, matar no sé, pero espantar sí. No sabemos dónde irán, pero por aquí desde luego no aparecen. Lo hicimos hace dos o tres años porque con los calores había moscas alrededor y probamos todos los inventos: matamoscas, espráis …», contesta el mesero, mientras reitera que la eficacia de su método.

H/T – Informe21