Al recordar el Holocausto se nos vienen a la mente imágenes atroces de torturas y asesinatos, de atropellos e injusticias cometidas por el ejército nazi, pero aún hay misterios que no han podido ser resueltos y uno de ellos es quién traicionó a Ana Frank.

El 4 de agosto de 1944 Ana Frank escuchó un golpe seco contra la pared de su escondite y supo inmediatamente que algo extraño pasaba. Algo similar a lo que había sentido pocos meses antes, cuando la Gestapo había inspeccionado el edificio donde vivía oculta de los nazis durante la ocupación alemana en Holanda. En esta ocasión fue llevada junto con otras siete personas que se refugiaban con ella. Todos, salvo su padre, Otto Frank, murieron en los campos de concentración.

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Unos 73 años después, un equipo de investigadores y forenses liderados por un ex agente del FBI intenta develar uno de los mayores misterios del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial: ¿Quién traicionó y entregó a Ana Frank?

La cabeza de la operación será Vince Pankoke, un investigador retirado de la agencia federal norteamericana, quien comenzará por reconstruir la historia de cómo se llevaron a la pequeña de la vivienda en la que vivía oculta en Ámsterdam.

Para poder dar respuesta al misterio, Pankoke hará un detallado escaneo del material histórico, para luego emplear la tecnología que no se tuvo en las anteriores pericias y así  intentar determinar quién avisó a la policía alemana sobre el lugar exacto donde se encontraba el escondite del grupo de judíos. Las primeras pruebas con que cuenta el equipo es el material reunido en los Archivos Nacionales de Washington, Holanda, Alemania e Israel. El análisis de estos documentos podría dar una idea de cómo fue la redada.

El equipo forense está, además, trabajando sobre una maqueta del edificio donde permanecía oculta Ana. Quieren determinar tridimensionalmente cómo eran percibidos los sonidos desde dentro del escondite hacia el exterior. Para ello utilizan innovadoras técnicas digitales que permitirán comprender “el viaje de los sonidos” a través de las paredes de la vivienda.

Con los nuevos recursos tecnológicos, se espera que los investigadores consigan dar respuesta a uno de los más grandes misterios de esa época y que en varias ocasiones ha intentado resolverse sin éxito.

“Solía ser la niña que protegíamos y ahora se convirtió en la niña que traicionamos. Es una forma de ver cómo los holandeses se perciben a sí mismos durante la ocupación”, indicó Bart van der Boom, académico de la Universidad Leiden y experto en asuntos nazis.

Ana Frank se mantuvo a salvo en su refugio durante dos años, hasta que por motivos desconocidos el 4 de agosto una redada terminó con ella y parte de su familia, en un campo de concentración nazi. Los registros indican que la pequeña murió en febrero de 1945 en Bergen-Belsen, uno de los infiernos construidos por los alemanes durante la aniquilación de los judíos.

En un principio se creyó que el delator había sido Wilhelm van Maaren, un capataz de almacén que conocía la locación perfectamente. Sin embargo, los investigadores ahora están abiertos a todas las posibilidades. Lo que es seguro es que el traidor fue alguien conocido de la familia Frank.

H/T – Infobae