Aunque poco se sabe de ellos, Chernobyl aún tiene perritos radioactivos y su realidad te arrugará el corazón. Se trata de los descendientes de los perros abandonados tras el accidente en la central nuclear ucraniana en 1986.

A simple vista lucen adorables, pero estos perritos radioactivos pueden presentar riesgos para la población de la zona. Sin embargo, ellos solamente buscan caricias y amor entre los humanos que se topan en el camino, tal y como lo muestra un emotivo documental realizado por Drew Scanlon, que recorrió el perímetro de exclusión en torno a la central siniestrada.
 

 
Como pueden ver en el video que publicó en su canal de YouTube, los perritos radioactivos lucen ansiosos por recibir las atenciones de los humanos, pero la triste realidad es que está prohibido tocarlos, ya que pueden llevar partículas radiactivas en el pelaje, así que los turistas se alejan de ellos.

Lo cierto es que tras la catástrofe ocurrida el 26 de abril de 1986, miles de personas se vieron obligados a abandonar inmediatamente la zona y muchos dejaron a sus mascotas, pensando, que pronto volverían. Por ello se supone que los centenares de perros que vagan por las zonas abandonadas son descendientes de aquellos animales.

Gracias a videos como este, varias organizaciones alzaron la voz por la suerte de los perros radiactivos y han lanzado campañas para protegerlos. Una de ellas, la ONG ‘Clean Futures Fund’, explica en su su portal web que los perros, expulsados de las zonas inhabitadas por los animales salvajes, acuden a la central en busca de comida. La organización afirma que muchos de estos adorables cachorros pueden tener rabia o enfermedades transmitidas por animales salvajes y que requieren protección.

 

H/T – RT