Increíble, pero cierto, y así sucedió en Estados Unidos: un músico toca el saxo mientras le extirpan un tumor cerebral; con este procedimiento, los cirujanos quisieron controlar en tiempo real cuál era el efecto de la operación sobre el paciente.

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Llevar a cabo una cirugía cerebral con el paciente despierto no es nada inusual y menos hacerla mientras toca el saxo, sin embargo, esto consistió en un procedimiento con el que los médicos intentan conocer el avance de la intervención en tiempo real y, especialmente, si puede haber secuelas inesperadas.

El paciente se llama Dan Fabbio, un profesor de música, a quien los cirujanos le pidieron tocar el saxo mientras le extirpaban un tumor del tamaño de un huevo del lado derecho de su cerebro. ¿El resultado? Pues ha sorprendido a todos.

Resulta que en 2015, Fabbio comienza a tener problemas de audición; durante algunos segundos, la música le sonaba diferente. Por tal, se examinó con un neurólogo, quien le diagnóstico un glioma de bajo grado, es decir, un tumor cerebral, situado sobre su oído derecho.

«Tenía 25 años en ese momento. No creo que haya ninguna edad en la que te pueda sentar bien oír algo así», recuerda Fabbio que les dijo a los investigadores de la Universidad de Rochester, añadiendo que «nunca había tenido problemas de salud».

Por otro lado, Webster Pilcher, neurocirujano del centro médico de la Universidad, explica que las alteraciones en la audición que sufría Fabbio eran «muy pequeñas», pero le impedían a su cerebro registrar los sonidos de manera correcta.

Así que ante la inminente operación, le propusieron participar en un procedimiento experimental que le ayudaría a descubrir qué parte del cerebro procesa la música. Para esto, Fabbio debería tocar el saxo mientras era intervenido y así, los médicos se asegurarían de no dañar esa parte del cerebro.

«Quitar un tumor del cerebro puede tener consecuencias significativas dependiendo de su ubicación. Tanto el tumor como la operación para eliminarlo pueden dañar los tejidos e interrumpir la comunicación entre diferentes partes del cerebro», explica Pilcher.

A pesar de los riesgos, inició una intensa preparación hasta el momento de la cirugía. Fabbio fue colocado sobre su costado izquierdo, inmovilizado y sedado, para quitarle parte del cráneo. Cuando le dieron el instrumento, sin sentir absolutamente nada, comenzó a tocar Arirang, una canción coreana que había elegido porque la sabía de memoria, por su corta duración y porque demandaba cortas inspiraciones.

Los cirujanos lo miraban y quedaron sorprendidos. «El tumor ya no estaba y esa parte de su cerebro había sido preservada», cuenta Pilcher.

La operación fue todo un éxito, sin embargo, unas semanas después, Fabbio comenzó con los mismos problemas de audición, por lo que Pilcher le explicó que debía pasar un tiempo para que el cerebro volviera a funcionar de forma correcta en su totalidad.

Esa previsión se cumplió y con el paso del tiempo Fabbio se ha recuperado y ha vuelto a una de sus grandes pasiones: enseñar música.

H/T – RT