«En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…» ¿Te suena familiar? ¿Quién no ha leído alguna vez esa frase? ¿Quién no durmió, soñó o se desveló en los terrenos de La Mancha, vien sea por un examen, o por el simple placer de la lectura? Y es que esa pequeña localidad, con sus muy particulares habitantes, se convirtieron en un ícono de la literatura española y universal, inmortalizando con ella a su gran autor, el famoso escritor español, Miguel de Cervantes Saavedra. Hoy en Esplota, desempolvamos el gran libro, y refrescamos tu memoria, con algunas de las cosas que El Ingenioso Hidalgo, y su inseparable Escudero, nos enseñaron.

En primer lugar, que todos necesitamos una Dulcinea, seamos niños o adultos, siempre necesitamos algo por lo que luchar, un sueño en el que creer, por muy tonto que parezca, muchas veces esa es la diferencia entre aquellos que viven cada día como si fuese el último, y aquellos que cada día mueren un poco más; que nunca es tarde para intentarlo, porque ni los cincuenta años que tenía, le impidieron iniciar su lucha idealista y soñadora en busca de su amada; nos mostró cómo, no importa cuantas veces te caigas o te tumben ‘del caballo’, siempre debes levantarte, porque la vida se trata de lucha por nuestros sueños, sino, es solo tiempo que consume un reloj; y que, no son los comentarios y la aceptación de los demás lo que te hace feliz, sino la confianza en ti mismo, y el valor de ser quien tú quieras ser.

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En su, algo descabellada, sabiduría, Alonso Quijano y Sancho Panza nos demostraron que la justicia siempre debe prevalecer, que los ideales son para ser respetados, y que vale más un idealista que cien estafadores en la construcción de un mundo mejor; que las mejores aventuras y los mejores proyectos, muchas veces son fruto de las ideas más descabelladas, y que en todos necesitamos, en algún momento de nuestras vidas, un ‘fiel escudero’, ese que te acompañará en las buenas, y en las no tan buenas, ese compañero de aventuras que todos tenemos, y que, ¡sabemos que vale su peso en oro!

Y finalmente, las más grandes enseñanzas del Gran Don Quijote y el fiel Sancho son: ‘A veces los monstruos están solo en nuestra imaginación’, solo hacen falta valentía, imaginación, y ¿por qué no? algo de locura, para acabarlos; y por último, que nunca es tarde para pedir perdón, por aquellos errores que cometimos, por esas personas que herimos, y por cualquier daño que hayamos causado, porque hasta nuestro último aliento puede utilizarse para volver a nosotros la gracia y el favor de aquellos que amamos, tal como lo hizo Alonso al final de sus días…

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Esta historia ha sido llevado a la gran pantalla una infinidad de veces, algunas son producciones maravillosas y otras simplemente catastróficas, pero quizás jamas se había realizado adaptación mexicana igual como la de Aimée de Havilland con «Las Aventuras de Don Quijoto», en la que veremos un Don Quijote diferente, modernizado a los problemas y sucesos nuestro día a día, una comedia de enredos disparatados, sin embargo esta nueva versión cuenta con los elementos del Don Quijote de la literatura, en esencia nos da las mismas enseñanzas, las mismas vivencias solo que bajo un nuevo contexto.

Por lo que prepárense para una historia en la que el protagonista debe combatir con monstruos mas grandes que el, capturar a un capo importante, pero como siempre esto tiene sus limitaciones, su jefe corrupto neutraliza sus esfuerzos y lo hace asumir el papel de «homosexual» para ejecutar otra misión, pero sin nunca dejar a un lado sus valores; durante el transcurso lo veremos tratar de conquistar a su amor, su propia versión de Dulcinea, quien asume que el realmente es homosexual, por lo que busca amor en otro hombre, uno que esconde su verdadera identidad.

H/T – DonQuijote