No es un secreto que, además del placer, el sexo aporta beneficios para la salud, pues el cuerpo humano está diseñado para eso; tanto las caricias, como los abrazos y el orgasmo provocan que el cerebro genere oxitocina, dopamina y serotonina, sustancias que desencadenan las sensaciones de bienestar, autoestima, placer, calma y amor. En resumen, hacen que te sientas bien.

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En base esto, entonces, ¿Qué sucede cuando hay un tiempo de abstinencia?, la ciencia ha demostrado que se producen cambios en el cuerpo con la ausencia de sexo.

Varios sexólogos coinciden en afirmar que dejar de tener relaciones sexuales puede aportar cierta apatía en ese terreno de tu vida, por lo tanto, cuanto menos sexo tengas, menos deseo se despierta.

No es el único cambio a nivel mental que se genera ante una situación de falta de sexo. Según se ha comprobado, aumenta el nivel de estrés que padeces. El contacto físico genera la secreción de hormonas que ayudan al bienestar; sin ellas, la tensión no desaparece tan fácilmente y se traduce en un incremento de la presión sanguínea y del cortisol, hormona que se libera como consecuencia de la angustia.

Esta hormona también es responsable de subir el nivel de azúcar en sangre y de suprimir el sistema inmunológico, entre otras funciones. Por ello, quedas más expuesto a las infecciones.

Asimismo, afecta a la capacidad de funcionamiento del cerebro. Científicos de la Universidad de Maryland observaron que la actividad sexual en ratones mejora la producción de nuevas neuronas en el hipocampo. “Después de la exposición continua a largo plazo de la experiencia sexual, la función cognitiva mejoró. Pero cuando se produjo un periodo de abstinencia prolongado, las mejoras en la función cognitiva se perdieron a pesar de la presencia de nuevas neuronas”, indicaron.

A eso se suma el trabajo de los investigadores de la Universidad de Konkuk (Corea del Sur) quienes llegaron a la conclusión que las relaciones sexuales pueden “favorecer la función de la memoria de reconocimiento”.

Finalmente, los genitales se debilitan tanto en el caso de mujeres como de hombres. En el de las mujeres, la vagina podría perder su elasticidad por atrofia. En los varones, aumentan las posibilidades de padecer disfunción eréctil.

Un estudio realizados por expertos del Hospital Universitario Tampere en Finlandia, que fue publicado en The American Journal of Medicine, afirmó:“El coito regular protege contra el desarrollo de la disfunción eréctil entre los hombres de 55 a 75 años. Esto puede tener un impacto en la salud general y la calidad de vida”.

H/T – Tn