Es difícil superar la muerte de una mascota, pues se convierten en un integrante más de la familia. Es por eso que algunos harían lo que fuera para «reencontrarse con su perro fallecido».

Una familia argentina recurrió a un proceso de clonación en el laboratorio Biocan, que concluyó con el nacimiento de un cachorro «genéticamente idéntico» y que se llama igual a su predecesor.

El «primer» Antony, que murió a sus diecisiete años a causa de la vejez, se convirtió en una parte fundamental de la vida de esta familia que pagó más de 60.000 dólares para desafiar a la muerte y lograr una «réplica» casi exacta de su «mejor amigo».

Según explicó el director del laboratorio Biocan, Daniel Jacoby, el perro es genéticamente «igual» y hereda también habilidades que tenía el can original. Sin embargo, que se parezca o no desde el punto de vista «conductual» dependerá del «entorno», comentó el director de la representante latinoamericana de Sooam Biotech Research Foundation, laboratorio que ya desarrolló más de 1.000 clonaciones en todo el mundo.

El un proceso de clonación comienza con «una muestra epitelial (de la piel) con el can vivo o ya fallecido» para a continuación realizar la reproducción celular en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires. Posteriormente, se envían las células a Corea del Sur, donde se encuentra el laboratorio central, para llevar a cabo la selección de «las mejores células».

«Para iniciar la reproducción, utilizan un óvulo no fecundado al que se le saca el núcleo, que es lo que contiene la carga genética del óvulo, y se le introduce el núcleo de las células testadas en el laboratorio argentino», detalló Jacoby.

El siguiente paso es introducir el óvulo con el núcleo del can fallecido en el útero de una can, donde crece el embrión y posteriormente nace.

En cuanto a la transmisión de enfermedades, Jacoby aseguró que si el «original» tuviera algún tipo de afección genética «contagiable» podrá manifestarse o no.

 

A juicio de Jacoby, la clonación de mascotas «no rompe ninguna ética».

«Los métodos que utilizamos no son invasivos, al contrario, ayudan a que ese amor, afecto perdido, vuelva al seno familiar», agregó.

Clonación de un héroe 

 

El laboratorio central, ubicado en Corea del Sur, también llevó a cabo la clonación de Trakr, el perro que murió cuando participó en el rescate de las víctimas de los atentados del 11-S en Nueva York.

Los clones de Trackr «tenían las mismas habilidades» que el original y fueron entrenados para desarrollar el mismo trabajo, comentó el director de Biocan.

H/T – Informe21