Según una encuesta realizada por la Organización Gallup, la generación conocida como millenials en Estados Unidos conforman la parte de la población menos satisfecha con sus empleos.
Según esta encuesta 28.9% se sienten comprometidos con su trabajo, mientras el 71% restante no se siente de ese modo.
De esta generación mucho se ha hablado, algunos los catalogan como una generación floja e inclinada a la búsqueda de la libertad, las vivencias y no la tenencia material.
Ciertamente los Millenials tienen el peso del futuro en sus hombres pero ¿Que expectativas a futuro tienen estos jóvenes?
Debemos comenzar por recalcar las diferencias vivenciales de estas generaciones con otras, los millennials no vivieron en un mundo devastado por guerras y hambrunas.
Aunque algunos dirán que estos tiempos aun son de hambruna y guerra son ciertos lugares que viven estos conflictos, de resto sólo se ven por televisión o como parte de una realidad lejana y distante.
El desarrollo y crecimiento de estos jóvenes y adultos en los países en vías de desarrollo y en los desarrollados ha sido mucha más sencilla en comparación a sus antepasados quienes pasaron por conflictos bélicos, que los obligaron a desplazarse por motivos de raza o religión o simplemente cuando la humanidad entera contaba con una expectativa de vida mucho menor a la actual.
Por otro lado lado los millennials además de lo anterior, suman otro factor a sus vidas y es que tienen nuevas experiencias con el auge tecnológico y digital.
La era 3.0 los ha convertido en una generación con otras expectativas inimaginables antes del siglo XXI.
La aparición de las plataformas de comunicación como Facebook, Snapchat o Instagram supone un entorno de realización y competencia que crea una capa extra de expectativas, la cual trae consigo una nueva serie de decepciones.
Ya la ciencia ha demostrado una y otra vez lo perjudicial que puede ser el uso excesivo de tiempo en Facebook, esto puede derivarse en un deterioro de la autoestima gracias a la comparación consciente o inconsciente de su vida con sus «seguidores» .
Por esto es de imaginar que los millennials son un grupo especialmente propenso a sufrir ansiedad y depresión clínica.
Según el periodista Peter Economy (sic), parte de la insatisfacción de los millennials reside en la diferencia entre sus expectativas y la realidad. Puesto que han crecido en una cultura que fomenta el logro personal, la competencia y donde el valor máximo reside en alcanzar los propios objetivos (“sueños”) a cualquier costo, los jóvenes no se toman bien las decepciones de la vida, como el rechazo laboral o sentimental, el cual tienden a vivir como una tragedia de proporciones catastróficas.
Respecto al mercado laboral, Economy asegura que los millenials ingresan “sin preparación para el rechazo, sin querer creer que sus solicitudes no van a destacar de entre una pila de ellas. Ellos entran creyendo que, de alguna manera, ellos son quienes están destinados a la grandeza”.
Estos están acostumbrados a una aprobación genera por las redes sociales el «like»- «me gusta» o el «share» es muy común entre estos, cosa que los hace carecer de disciplina y constancia.
Se dice que ni son capaces de verse en general como parte de una fuerza plural de trabajo, lo que explica también su incapacidad de organizarse para exigir condiciones laborales como se hacia antes.
La realidad para estos es distinta por un lado abundan los freelance quienes creen que son libres por no tener que trabajar desde una oficina, pero paradojicamente no razonan que los están explotando al no tener seguro para el retiro, seguro médico o prestaciones.
La diferencia entre el autoconcepto y la realidad en que viven y trabajan produce una generación cuyo desencanto puede verse reflejado en el de la Generación X, descrito de manera contundente por Douglas Coupland en el libro homónimo, o en algunos párrafos del ya clásico Club de la pelea de Chuck Palahniuk: confunden ser con tener, y tener con parecer.
El entorno de estos los ha enseñado a “luchar por sus sueños” y no de construir un sueño colectivo por esto los jóvenes tienden a sentirse decepcionados de sí mismos cuando la realidad no funciona como ellos quieren lo que ocasiona en algunos casos comportamientos autodestructivos o sentimientos negativos.
Como dice Economy, la ambición y los sueños idealistas no son necesariamente cualidades negativas, pero haríamos bien en no confundir nuestras expectativas con la realidad (no importa qué edad tengamos).
El mundo gira 24 / 7 y la densidad de la población actual es mayor a cualquier otro momento de planeta estos nos lleva a plantearnos que aunque somos «únicos», el mundo no para y somos miles actuando para sobre salir y que el fracaso esta permitido siempre y cuando entendamos que allí no termina todo, que es solo un paso para lograr las metas en función a lo que queremos y a lo que podemos mejorar grupalmente.
H/T – Pijamasurft
