Un equipo internacional de astrónomos descubrió una estrella que nunca muere. Resulta que el cuerpo celeste explotó varias veces en un período de 50 años sin desaparecer en estos eventos.

Los astrónomos, entre los que figuran Nick Konidaris y Benjamin Shappee de la Universidad Carnegie Mellon (EE. UU.), señalan que este descubrimiento cambia completamente nuestro conocimiento existente sobre el final de la vida de una estrella a través de una supernova.

Hasta ahora se pensaba que cuando una estrella se convertía en supernova, ahí acaba todo. Sin embargo, este nuevo descubrimiento podría cambiar la forma en que vemos la muerte de las estrellas pues esta en concreto, llamada iPTF14hls, se convirtió en supernova, se volvió a iluminar otra vez y, unos 60 años después, se convirtió en supernova de nuevo.

iPTF14hls fue descubierta en 2014, y al principio parecía como cualquier otra supernova del cielo. De echo, las características espectroscópicas de la supernova iPTF14hls fueron idénticas a las de una supernova tipo II-P. Pero, para sorpresa de los astrónomos, varios meses después, hizo algo que las supernovas no suelen hacer: volvió a brillar de nuevo.

Tras 600 días de observación, se atenuó y se iluminó varias veces, al menos cinco veces en menos de tres años. Eso no es todo, cuando los científicos volvieron a examinar los datos de archivo, encontraron algo sorprendente: la estrella ya había explotado en supernova tipo II-P en 1954.

«Esta supernova rompe con todo lo que pensábamos que sabíamos acerca de cómo funcionan las supernovas», comenta Iair Arcavi del Observatorio de Las Cumbres y líder del trabajo. «Es el mayor rompecabezas que he encontrado en casi una década de estudiar explosiones estelares».

Según los datos publicados en la revista Nature, la estrella original era grande, al menos 50 veces más masiva que el Sol, y probablemente mucho mayor. «La supernova de iPTF14hls puede ser la explosión estelar más masiva jamás vista», apunta Lars Bildsten, coautor del trabajo.

H/T – Muy Interesante