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La mujer de 23 años, enamorada de un avión,  padece objetofilia, sentir atracción sexual por objetos inanimados.

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Una joven que se siente atraída sexualmente por los objetos reveló que está saliendo con un avión y que su relación la hace sentir «abrumada».

Sarah Rodo, de 23 años, se identifica como «Objectum Sexual», lo que significa que se siente atraída sexualmente por objetos inanimados. Rodo afirma que siente un amor abrumador hacia el avión de pasajeros al que ahora se refiere como su novio.

Sarah, de Dortmund (Alemania), probó las relaciones con personas, pero afirma que los aviones la hacen sentir completa. Incluso tiene 50 réplicas que duermen en su cama y con las que tiene relaciones físicas. Sarah confirmó que está tan enamorada que viaja regularmente en avión para poder estar cerca de su pareja.

La objetofilia es una parafilia que se define como la atracción emocional y sexual hacia objetos. Se trata de una definición simple cuya explicación y comprensión es más compleja. Existen numerosos casos de personas que afirman sentirse atraídas tanto a nivel emocional como sexual por algún objeto.

Quizá detrás de Sarah no se esconda un trastorno como tal, lo que no significa que no pueda existir algún tipo de desorden afectivo.

A Sarah le encanta pasar su tiempo libre viendo aviones y tiene dos tatuajes de su «novio» en el brazo, e incluso sueña con casarse con el Boeing 737 llamado «Dicki».

Sin embargo, esa ceremonia matrimonial sería considerada ilegal en su país natal, informa Mirror Online. «Me siento atraída por los objetos desde que era adolescente; me di cuenta por primera vez a los 14 años», explica.

«Antes del avión, estuve en el ICE 3, que es un tren expreso.

«También tuve dos relaciones con hombres porque no estaba segura de cuál era mi verdadera sexualidad, pero pronto me di cuenta de que no puedo sentir esas cosas románticas por las personas; ahora sé que mi sexualidad es la objetofilia y lo mantengo».

«Me di cuenta de que no me atraían las personas cuando no quería abrazarlas o intimar con ellas, a diferencia de mis objetos, en los que ansío los mimos y la intimidad: ¡es el mejor sexo que he tenido!»

«Mi avión se llama ‘Dicki’ y ocupa casi toda mi cama. Me encanta todo de él, pero sobre todo su cara, sus alas y su motor: son muy sexys para mí».

“Cuando estoy con mi 737, estoy en la luna. Lo amo increíblemente, me siento segura con él y quiero pasar todo mi tiempo con él. Trato de volar con la mayor frecuencia posible e ir a buscar aviones en el aeropuerto. Llevo un modelo pequeño conmigo cuando salgo de casa para sentir que siempre estoy con él”, agregó.

Aunque algunas personas no entiendan su absurdo amor, dice que tiene el apoyo de sus amigos más cercanos, quienes la aceptan a ella y a su «pareja» tal cual son.

H/T – Clarin