Un grupo de astrónomos han llegado a la conclusión de que los rayos cósmicos, esas partículas altamente energéticas que llueven sobre la Tierra tienen un origen extragaláctico.

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Realmente esto ya lo habían sospechado durante más de una década, pero, ahora, por primera vez, los científicos del Observatorio Pierri Auger, en Argentina, han hallado evidencias de que las partículas más energéticas son generadas fuera de la Vía Láctea, lo que comprueba ya definitivo la hipótesis.

Sin embargo, el estudio no ha podido aún identificar las fuentes concretas de los rayos cósmicos ni cómo alcanzan unos niveles de energía tan altos, pero los análisis hechos durante un periodo de doce años han revelado que las partículas con los rangos superiores de energía tienen un origen extragaláctico.

Los rayos cósmicos están conformados por protones y otras partículas, cuyos núcleos pueden ser tan pesados como el hierro, cargadas que llueven sobre la atmósfera terrestre y colisionan contra núcleos atómicos del aire, produciendo una explosión formada por partículas subatómicas, que a su vez chocan con otros núcleos.

De esta forma, se genera una especie de lluvia invisible, la cual cae sobre una extensión de superficie terrestre de miles de kilómetros cuadrados, lo que explica por qué el observatorio es tan grande: cuanto más amplio, más partículas se captan.

Para llegar a esta conclusión, se instalaron 1.600 tanques de agua del tamaño de un automóvil cada 1,5 kilómetros, cubriendo un total de 3.000 kilómetros cuadrados en Mendoza, Argentina. Asimismo, cuenta con 24 telescopios aglutinados en cuatro grupos que detectan los destellos de luz ultravioleta generados durante las lluvias cósmicas procedentes del 85% de la esfera terrestre.

De los rayos cósmicos detectados hasta ahora por este centro, premiado en 2013 con la Mención Especial del Premio Konex a las instituciones más relevantes de Ciencia y Tecnología de Argentina, se han registrado energías superiores a los 8 x 1.018 electronvoltios (eV) en más de treinta mil partículas. Para hacernos a la idea de esta altísima potencia energética, los científicos recuerdan que la energía a la que el Gran Colisionador de Hadrones de Suiza, el acelerador de partículas más potente del mundo, mueve los protones es de 7 x 1.012 eV. Aunque los rayos cósmicos son en general muy frecuentes, los de más alta energía no lo son tanto. Una partícula de 1.020 eV alcanza un kilómetro cuadrado de la Tierra sólo una vez cada siglo, lo que complica su detección.

Los resultados arrojan que lo que se creía la fuente principal de las partículas altamente energéticas que llegan a la Tierra, un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, no es el origen de estos rayos cósmicos, sino que llegan desde fuera.

Es importante destacar que en 2007, el observatorio llevó a cabo un estudio que llegó a conclusiones similares, aunque en aquel momento los datos estadísticos no las avalaban con suficiente fuerza. En este momento, los investigadores se han asegurado de la solidez de los datos. «No creo que haya ninguna duda sobre la significación estadística de los últimos resultados”, asegura el astrofísico Francis Halzen.

Asín que con esto, los investigadores esperan dar los primeros pasos sobre seguro sobre del origen de los rayos cósmicos, uno de los objetivos para el que nació el Observatorio Pierre Auger. «Esto ha sido realmente grande, una gran sorpresa para mí», explica Halzen.

H/T – Muy Interesante