La presbicia afecta a la mayoría de personas a partir de los 45 años, ya que las lentes de los ojos pierden la elasticidad necesaria para enfocar objetos cercanos. Para algunas personas, las gafas de lectura son suficientes para superar la dificultad, pero para otras muchas la única solución, aparte de la cirugía, es usar lentes progresivas.

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Investigadores de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) están probando un prototipo de gafas ‘inteligentes’ destinadas a corregir la presbicia prescindiendo de las actuales lentes progresivas, que tienen limitaciones en su uso. Según explican en un artículo en la revista Science Advances, estas gafas siguen a los ojos y se enfocan automáticamente, por lo que las han llamado ‘autofocales’.

“Más de mil millones de personas en el mundo tienen presbicia y hemos creado un par de lentes autofocales que algún día podrían corregir la visión de manera mucho más efectiva que las gafas tradicionales”, explica el ingeniero eléctrico de Stanford Gordon Wetzstein. De momento, el prototipo se parece a las gafas de realidad virtual, pero el equipo espera simplificar las versiones posteriores.

El prototipo de Wetzstein, que han apodado ‘gafas autofocales’, están destinadas a resolver el problema principal de las lentes progresivas de hoy: estas gafas tradicionales requieren que el usuario alinee su cabeza para enfocar correctamente. Por ejemplo, alguien que esté conduciendo un coche y deba mirar por el espejo lateral para cambiar de carril, con lentes progresivas hay poco o ningún enfoque periférico ya que debe dejar de mirar la carretera que hay delante a través de la parte superior de las gafas y girar casi 90 grados la cabeza para ver el espejo a través de la parte inferior de la lente.

Este cambio visual también puede dificultar simplemente la deambulación. “Las personas que usan lentes progresivas tienen un mayor riesgo de caerse y lesionarse”, recuerda el estudiante graduado Robert Konrad, coautor de un artículo que describe las gafas autofocales.

Unas gafas que funcionan como la lente del ojo

El prototipo de Stanford funciona de manera muy similar a la lente del ojo, con lentes llenas de líquido que se abultan y adelgazan según cambia el campo de visión. También incluye sensores de seguimiento ocular que triangulan donde una persona está mirando y determinan la distancia precisa al objeto de interés.

El equipo no inventó estas lentes, pero sí ha desarrollado el software que aprovecha estos datos de seguimiento ocular para mantener un enfoque constante y perfecto. Nitish Padmanaban, estudiante graduado y primer autor del artículo, explica que sin la guía del hardware de seguimiento ocular y el software del sistema, los esfuerzos hechos anteriormente no mejoraron a las lentes progresivas tradicionales.

Para validar su enfoque, el equipo de Stanford probó el prototipo en 56 personas con presbicia. Los sujetos de prueba dijeron que los lentes de enfoque automático funcionaban mejor y más rápido en la lectura y otras tareas. Los usuarios también tendieron a preferir las gafas autofocales a la experiencia de las lentes progresivas, independientemente de su peso y su tamaño actuales.

Por ello, el siguiente paso que se han propuesto los investigadores es reducir el tamaño del prototipo. Wetzstein cree que puede llevar algunos años desarrollar gafas autofocales que sean livianas, eficientes en energía y con estilo. Pero está convencido de que las autofocales son el futuro de la corrección de la visión.”Esta tecnología podría afectar la vida de miles de millones de personas de una manera significativa que la mayoría de los dispositivos tecnológicos nunca lo harán”, concluye.

H/T – Elsiglo