Definitivamente los animales son seres únicos que vinieron a este planeta para brindar amor, cariño y afecto. No solo se puede observar la bondad que un animal brinda a una persona, sino también aquella que se refleja y ofrecen entre ellos mismos. Tal es el caso de Hoshi, el perro ciego que cuenta con su propio perro guía Zen.
Hoshi es un perro Esquimal Americano, que sufrió una lamentable glaucoma ocular cuando tenía 11 años; trágica enfermedad que hizo que los ojos del pequeño canino fueran extirpados.
Sin embargo, pese a esta terrible situación, el destino tenía preparado algo bueno para el canino, y es que su vida luego de esa terrible cirugía daría un cambio de 180 grados. Cambio que venía acompañado con la presencia y lealtad de Zen, un pequeño Pomerania, quien fue rescatado y salvado por la misma dueña de Hoshi.
Desde que Zen llegó a casa por primera vez, ambos perros se compaginaron muy bien. Tal como si se tratase de una persona; Zen se dio cuenta de la discapacidad de Hoshi y éste empezó a realizar una labor muy importante por su amigo ciego, ser su perro guía.
Ambos comparten día a día, Zen cuida de Hoshi y siempre vela por que su mejor amigo se encuentre a salvo; se encarga de darle cariño, amor, afecto y de consentirlo durante las noches antes de dormir.
Sin duda alguna, esto muestra que el amor es un sentimiento único capaz de hacer que unos seres hagan lo que sea por otros con tal de verlos felices y contentos.
H/T – Metro
