Un equipo de astrónomos, conformado por más de 20 expertos de distintos países, determinó que los primeros momentos del universo no eran como pensábamos. El estudio señala que el universo temprano tendría una mayor abundancia de estrellas masivas que la astrofísica contemporánea suponía.

La investigación, publicada en la revista Science y en la que participó el investigador postdoctoral de la Universidad de Chile, Venu Kalari, utilizó en su etapa de observación  el Very Large Telescope del Obervatorio Paranal de la ESO. Con él apuntaron durante más de 160 horas hacia la región de formación estelar denominada 30 Dorado, ubicada en la Nebulosa de la Tarántula, también conocida como Nube Grande de Magallanes.

Venu Kalari, quien fue responsable de observar y analizar parte de los datos obtenidos con el VLT, señala que la investigación es de gran relevancia para la disciplina. «Las estrellas masivas son claves para la comprensión del cosmos, ya que tras colapsar en forma de supernovas generan los elementos químicos complejos, claves para el nacimiento de vida».

Para los astrónomos, poder observar en esta zona del universo fue como meterse dentro de una máquina del tiempo, ya que su composición química es muy similar a la del comienzo del universo. «Nos permitió inferir que en dicho período habitaban una enorme cantidad de estrellas masivas, tal como lo constatamos en la Nebulosa de la Tarántula».

Hasta la fecha se creía que en el universo primitivo no había elementos aparte del Hidrógeno y el Helio, así como que las estrellas masivas representaban un porcentaje menor del total de estrellas, siendo estas las fábricas cósmicas desde las que provienen todos los elementos más pesados que el helio.

«Los resultados de la investigación impactarán profundamente en nuestra comprensión de la evolución de nuestro Universo, y en cierto sentido, nuestras vidas, ya que todos los elementos de nuestra existencia cotidiana se formaron en estas estrellas», asegura el astrónomo.

H/T – Fayerwayer