Si el asteroide gigante Apophis impactara contra el planeta, desencadenaría una potencia superior a cualquier bomba nuclear conocida.

Cuando se descubrió por primera vez en junio del 2004, por los investigadores Roy A. Tucker, David J. Tholen y Fabrizio Bernardi, el objeto recibió la designación provisional de 2004 MN4.

Poco después recibía el nombre por el que se le conoce actualmente, Apophis. Al parecer, Tholen y Tucker eran fanáticos de la serie de televisión Stargate SG-1, y uno de los villanos de la producción es un alienígena llamado de la misma forma.

El asteroide gigante Apophis cuenta con una órbita próxima a la de la Tierra, y tiene un período orbital de 323 días en completar su vuelta alrededor del Sol, es decir, que su trayectoria le lleva a atravesar la órbita de nuestro planeta dos veces en cada vuelta al Sol.

Esto lo convertía desde un principio en una amenaza para la Tierra, pues es posible que este fragmento de roca espacial apunte directamente a nuestro planeta en una de sus órbitas futuras.

El asteroide tiene unos 350 metros de diámetro, una enormidad en términos de una roca así, y unos años después de que se descubriera, los primeros investigadores se aventuraron a medir las consecuencias de un posible impacto con la Tierra. Al principio, la NASA hablaba de una potencia de impacto de unos 510 megatones.

En palabras más claras, sería el equivalente a dos veces la energía liberada por el volcán Krakatoa en el siglo XIX, el mismo que cambió el clima global de la Tierra durante media década.

Sin embargo, poco después los datos de la NASA se actualizaron a través de la ESA, la posible colisión de Apophis sobre el planeta podría liberar casi 900 megatones, más o menos 17 Tsars, un poder de destrucción mucho mayor al de la bomba nuclear más poderosa jamás creada.

Con este panorama apocalíptico, los diversos sistemas de trayectorias de todo el mundo calcularon la próxima fecha de máxima aproximación para el 13 de abril de 2029.

En un principio se llegó a hablar de la posibilidad de una colisión (una entre 36), pero finalmente no llegará a tanto. Ese día, Apofis brillará como una estrella de magnitud 3,3 y podrá ser visible en puntos de Europa, África y el oeste de Asia.

El siguiente paso de aproximación se calcula que será el 13 de abril del 2036. Los expertos pronostican que las probabilidades de una colisión son muy escasas, pero como señalaba hace unos meses Paul Chodas, del centro JPL: «Todavía no podemos podemos excluir la posibilidad de que pueda afectar a nuestro planeta».

H/T – Gizmodo