Hubble ha descubierto un exoplaneta que se evapora a una velocidad récord; el mismo está situado a 96 años luz de la Tierra, y pierde masa al ritmo más acelerado que se haya visto.

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El destino de un planeta depende de la velocidad y distancia a la que orbita su estrella. Esos parámetros dictan si permanecerá en su sistema solar o si se irá alejando de este. También puede suceder que pierda parte de su masa, evaporada por una excesiva cercanía al astro que orbita.

Es el caso del exoplaneta que ha descubierto el telescopio espacial Hubble: llamado GJ 3470b y con un tamaño similar al de Neptuno, se está evaporando cien veces más deprisa que GJ 436b, otro cuerpo celeste de parecida masa y características hallado previamente.

David Sing, uno de los autores del estudio, señala que “GJ 3470b pierde una parte significativa de su masa en un grado que no habíamos visto”. El equipo de este profesor de la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.) estima que el 35 % de la masa del objeto se ha evaporado ya, y que en unos pocos miles de millones de años habrá perdido todo su gas hasta reducirse a su núcleo rocoso.

El descubrimiento es importante, porque permitirá a los astrónomos comprender mejor cómo evolucionan los planetas.

GJ 3470b, situado a 96 años luz de la Tierra, orbita una enana roja –una estrella pequeña y relativamente fría– conocida como GJ 3470. No se parece a Neptuno solo en el tamaño. Como este, la mayor parte de su masa y volumen corresponde a una atmósfera gaseosa. Y son las capas externas de esta las que se van evaporando a causa del calor de la cercana enana roja que lo mantiene cerca con su gravedad.

Es un fenómeno que lleva tiempo bajo la lupa de los astrónomos, que lo han observado en exoplanetas como las supertierras, mundos rocosos con un volumen y masa a medio camino entre la Tierra y gigantes gaseosos como Urano y Neptuno; y también en los denominados jupíteres calientes, exoplanetas mayores que Júpiter pero que orbitan sus estrellas hasta cien veces más cerca que nuestro vecino del sistema solar.

El descubrimiento se ha hecho en el marco del programa Panchromatic Comparative Exoplanet Treasury (PanCET), que se lleva a cabo con el telescopio espacial Hubble y pretende medir las atmósferas de 20 exoplanetas en los espectros de luz visible, infrarroja y ultravioleta. Sing explica que “estamos empezando a comprender cómo se forman los planetas. Observar en profundidad las atmósferas de los que estudiamos en PanCET nos permitirá conocer cómo les influyen sus entornos, y comparando unos con otros sabremos mucho más acerca de cómo evolucionan”.

Según la NASA, hay 3.869 exoplanetas confirmados, otros 2.898 cuerpos celestes que podrían serlo, y 2.886 sistemas planetarios. La investigación de estos mundos recibirá un gran impulso cuando entre en servicio el telescopio espacial James Webb, que en teoría se lanzará en 2021. Este observatorio será muy sensible al helio, uno de los principales componentes de las atmósferas de los planetas extrasolares, lo que permitirá detectar más y analizarlos mejor.

H/T – Muyinteresante