El Mundial 2018 ha sido la bomba que estalló en los planes de esta pareja, pues el hombre y la mujer discuten porque una boda, a la que han sido invitados, coincide con partidos de la Copa del Mundo.

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La verdad es que el Mundial trastoca todos los hábitos y reorganiza las vidas según el dictado de las pantallas de televisión, sí, tal cual, las cosas giran alrededor del balón, causando un sinfín de consecuencias, buenas y no tan buenas.

Y un ejemplo es una pareja argentina que discute qué hacer un día en el que se disputa uno de los partidos del certamen. Ellos viajan por una carretera, la esposa o novia le dice al conductor que se casa su primo, y él se alegra porque en las bodas «me pongo un ‘pedo’ de novela» con gin-tonic, por supuesto. Pero cuando sabe la fecha de la fiesta, mediados de junio, le suena la alarma personal: ese día hay Mundial. No juega Argentina, pero es lo mismo, le gusta ver todos los partidos, «tirado» en la cama.

Pero, además, le advierte a ella que no está solo y que muchos piensan como él: «La gente no va ir» a la boda. La novia o esposa le reprocha su actitud por pensar en sus placeres. «El egoísta es él porque se casa durante el Mundial», le responde con una advertencia: «No voy. No me saques de mi casa».

Después, como un sociólogo vocacional, analiza la conducta de los argentinos, que son, en rigor la de otros habitantes del planeta: «Durante el Mundial se trabaja menos», asegura el hombre. Ella cree que el mundo no se puede detener por un balón. Por lo tanto,  hay que seguir haciendo las cosas de siempre, como casarse. El novio o esposo no quiere pelearse y, finalmente, en un acto de concordia, le dice: «Si pone pantallas voy». La situación está lejos de ser inverosímil.

H/T – Elperiodico