Te puede sonar un poco asqueroso, pero la verdad es que los beneficios que esconde la cera de oído son sorprendentes.

Nadie se imagina que la cera de oído tiene una serie de funciones ocultas, entre las que destacan sus propiedades antibacterianas y, además, sirve para lubricar la oreja.

Según reseña la versión digital de la BBC, las curiosidades con respecto al cerumen empiezan justo en el momento en que se forma; pues, esta sustancia es producida en la parte externa del conducto auditivo y es creado entre 1 y 2.000 glándulas sebáceas y varias glándulas sudoríparas modificadas. Además, sus secreciones se suman a otros ingredientes como cabellos, restos de piel y suciedad acumulada.

En fin, el “cerumen es una sustancia creada por la mezcla de las secreciones de las glándulas sebáceas, de las sudoríparas y de una modificación de estas últimas, que son las glándulas ceruminosas. Además, la cera de oído contiene los productos propios de la descamación de la piel del conducto auditivo, y partículas provenientes del ambiente que puedan introducirse en el propio oído”, según explica Héctor Vallés Varela en su obra “Lecciones de otorrinolaringología”.

Lo sorprendente se encuentra en los usos que se le puede dar a esta sustancia un poco repugnante, pues ya no se trata sólo de su función principal que es lubricar el oído. En este punto, la BBC explicó que los primeros bálsamos labiales se hicieron con esta sustancia; sin embargo, se cree que su función puede estar en evitar que los insectos entren en las cavidades internas de la cabeza.

Sin embargo, no es la primera vez que estos estudios se realizan, ya que en 1980 salió una teoría de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, donde se explicaba que el cerumen tenía propiedades antibacterianas; cuestión que determinaron al recoger cera de oído de 12 personas diferentes, diluirla en alcohol y percatarse que al introducir bacterias, acabara con el 99% de varias cepas. Después en 2011 se llegó a la misma conclusión.

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H/T – abc