Descubren unas marcas enigmáticas en el fondo del Pacífico y mientras los teóricos de la conspiración airean la tesis del origen extraterrestre de las huellas, un reciente estudio científico intenta poner orden en el debate con una hipótesis más terrenal.

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Un robot enviado a una zona del océano Pacífico situada entre México y Hawái descubrió hace tres años a cuatro kilómetros de profundidad una serie de huellas de origen desconocido que no pueden explicarse geológicamente, y que ahora vuelven a ser objeto de debate tras haberse viralizado una imagen del hallazgo.

La fotografía recientemente difundida por la Red fue tomada en el año 2015 por una expedición de un equipo del investigadores marítimos que llegó a esta zona del Pacífico para recolectar datos para un estudio ambiental sobre el área.

Mientras los científicos siguen rascándose la cabeza ante unas huellas que no parecen causadas por ningún animal marino conocido, los internautas echan leña al fuego del misterio.

A la discusión en las redes sociales, se unen algunos teóricos de la conspiración, que no dudan en sugerir que fue un ovni lo que habría dejado las marcas.

El popular canal de YouTube Secure team 10 ha dedicado uno de sus videos al asunto. «Podríamos estar hablando de instalaciones o tecnologías que no son de esta Tierra», comenta el narrador del video.

En medio de este turbulento debate, un grupo de científicos propone una posibilidad menos fantasiosa y concluyente sobre el origen de las enigmáticas huellas.

Se trata de un estudio científico del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) y la Universidad de Southampton publicado en The Royal Society Open Science que intenta arrojar luz sobre este misterio con una hipótesis de peso.

El equipo no vincula en ningún caso estos hoyos encontrados en el fondo del océano con operaciones mineras o científicas en el área, descartando también que hayan sido el resultado de procesos geológicos (filtración de gases o fluidos). Asimismo, parecen demasiado grandes para haber sido dejadas por peceso por cualquier otro animal típico de aguas profundas.

«Un análisis más detallado reveló que las depresiones no se distribuían de forma aleatoria, ni se producían aisladamente, sino que formaban rasgos curvilíneos […] que casi parecían ‘huellas'», explica el autor principal del estudio, el doctor Leigh Marsh.

Según el estudio, las más de 3.539 depresiones individuales localizadas se parecen a marcas dejadas por ballenas observados en otras regiones de los océanos del mundo. Sin embargo, la profundidad máxima conocida de buceo de mamíferos marinos es de solo 1.000 metros, mientras que las marcas se hallan a una profundidad máxima de 4.258 metros. La explicación sería que pertenecen a los mamíferos marinosmenos estudiados, es decir, ballenas que bucean profundamente, como las picudas o los cachalotes.

«El siguiente paso sería proporcionar una evidencia más concluyente de que las ballenas son las que dejan estas huellas», concluye Marsh. Sin embargo, es muy poco el conocimiento que se tiene sobre su comportamiento, hábitat o dietas.

H/T – RT