Una nube radioactiva cubrió Europa y las alarmas se activaron cuando detectaron en la atmósfera altos niveles de rutenio 106, un isótopo radiactivo, entre el pasado 29 de septiembre y el 3 de octubre.

Según información reseñada por Euronews, el rutenio 106 no se produce espontáneamente en la naturaleza, sino por la división de átomos en un reactor nuclear. El problema es que todos los componentes del rutenio son considerados como altamente tóxicos y radiactivos.

Sin embargo, el IRSN, el brazo técnico del regulador nuclear francés ASN, ha descartado que la nube suponga un riesgo para el medioambiente o para la salud de las personas. Esto dado a que los niveles detectados de este isótopo, 5 mili becquerelios por metro cúbico de aire, son bajos si se comparan con el pico de 130.000 becquerelios registrado tras el accidente nuclear de Fukushima en Japón.

Ahora los especialistas se concentran en el origen de la fuga. En un primer momento, el IRSN descartó un accidente en un reactor nuclear en Francia y dijo que probablemente procedería de un centro de tratamiento de combustible nuclear o de medicina.

En un comunicado, señaló que no pudo precisar la ubicación de la emisión de material radioactivo, pero que en base a los patrones climáticos, la zona emergencia nuclear más plausible se encuentra entre los Urales y el río Volga. Esto acotaría el parámetro de búsqueda a dos países: Rusia y Kazajistán.

H/T – Euronews