Un artículo del físico suizo Lucas Lombriser revela que los intentos de medir a qué velocidad se expande el universo tropiezan contra ciertas contradicciones. A su juicio, las estimaciones difieren mucho y sólo es posible conciliarlas si se acepta que vivimos dentro de una enorme burbuja que engloba varios cúmulos de galaxias próximas a la Vía Láctea.

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El investigador habla de una región «infradensa» (de escasa densidad) que se extiende a una distancia máxima de unos 125 millones de años luz de la Tierra. Su idea pone en tela de juicio la tasa de expansión calculada hace décadas por el astrónomo Edwin Hubble a base del corrimiento al rojo de decenas de galaxias. Lombrier, señala la revista ‘Vice’, sostuvo en una carta que no es necesario inventar una física nueva para explicar las discrepancias entre dos valores obtenidos.

La diferencia podría provenir de una sobreestimación de cuán denso es nuestro rincón del universo. Este profesor de física teórica en la Universidad de Ginebra recuerda que el mundo cercano «es altamente no homogéneo», puesto que las «densidades de partículas en el suelo, en la atmósfera o en el espacio entre la Tierra y la Luna o el Sol son muy diferentes». Estas variaciones de densidad igualmente pueden ocurrir en escalas mucho más grandes, algo que concuerda con la teoría cosmológica estándar.

Lombriser espera que áreas novedosas de la ciencia como la astronomía de ondas gravitacionales (que mide las ondas en el tejido del espacio-tiempo) ayuden a resolver el problema. Así, se muestra entusiasmado en particular por eventos celestes como GW170817, una onda gravitacional detectada el 8 de agosto de 2017 que había sido generada por una colisión de estrellas de neutrones. Los científicos rastrearon la señal de onda hasta la galaxia NGC 4993, lo que les permitió también percibir la luz del choque.

H/T – Telecinco