Todos sabemos que el estrés es malo para la salud, pero pocos tenemos consciencia de cuánto nivel de estrés podemos soportar.

Los especialistas señalan que el estrés puntual no es malo, pues se trata de un mecanismo que nos permite actuar en situaciones concretas. Por ejemplo, si tenemos que hablar en público, si estamos esperando unos resultados médicos o si tenemos que salir corriendo.

Cuando nuestro cerebro detecta que se está enfrentando a una situación que considera una amenaza o un reto, se libera una hormona, el cortisol, que prepara al organismo para actuar frente a esta adversidad.

Lo cierto es que un poco de estrés no es malo pero cuando el cortisol permanece mucho tiempo en el torrente sanguíneo produce otra hormona llamada DHEA que contrarresta sus efectos nocivos. Si la DHEA no puede con tanto cortisol, al final éste puede acabar aumentando el riesgo de inflamación e inmunodepresión del cuerpo. Eso se traduce en un aumento del riesgo de sufrir enfermedades.

Para saber los niveles de estas hormonas en nuestro cuerpo, existe la posibilidad de realizar un test no invasivo, conocido como test de Valoración del Estrés, que es bastante sencillo e indoloro. Esta prueba permite detectar a tiempo si el estrés al que estamos sometiendo a nuestro organismo es demasiado elevado, y ya está causando estragos en nuestra salud.

Esta prueba valúa la producción de cortisol y DHEA mediante muestras de saliva recogidas en diferentes momentos del día. Permite, a quién lo realiza, conocer su capacidad biológica actual de respuesta al estrés. La prueba está indicada para personas con síntomas, con carga laboral excesiva o de agotamiento profesional y para todos aquellos que deseen gestionar proactivamente su salud.

Este examen se hace para que «podamos reaccionar cambiando hábitos de vida o incorporando actividades que ayuden a controlar las situaciones que nos pueden producir más estrés», señala Bibiana Palao, directora técnica del Departamento de Innovación de Synlab.

La especialista recomienda que para combatir el estrés lo primero que hay que hacer es analizar sus causas y tratar de modificar las situaciones en nuestro día a día que lo provocan. Si esto no es posible, es necesario compensarlas con hábitos saludables, tales como ejercicio, alimentación, descanso y técnicas de relajación.

H/T – Hola!