Muchos de nosotros hemos sentido alguna vez esa sensación de anhelo por un momento, sí esa nostalgia que nos invade en determinados momentos, sobre todo, si nos encontramos lejos de nuestros seres queridos; pero ahora sabrás que para estos instantes lo mejor es ¡un perro!
Nos encontramos en otoño, una época que traduce, para muchos, nostalgia, pues, por ejemplo, muchos estudiantes se trasladan desde sus hogares a la universidad, separándose de sus amigos de toda la vida y de sus padres, por lo que es fácil caer en la soledad.
Sin embargo, un nuevo estudio relacionado con la nostalgia ha descubierto que hay una forma de reducir este sentimiento y es nada más y nada menos que teniendo mascotas.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, ha señalado que el mejor amigo del hombre, es decir, el perro, también puede ser clave para todos aquellos que dejan sus casas con el comienzo de esta estación o en cualquier momento determinado de la vida en que se sienta nostalgia.
Este estudio demostró que la terapia asistida con animales puede ayudar a las personas a combatir la nostalgia, lo que la convierte en una herramienta útil en la reducción de las tasas de abandono de los estudiantes de primer curso, por ejemplo.
“La transición de la secundaria a la universidad puede llegar a ser un reto para muchos estudiantes de primer año. Teniendo en cuenta que los estudiantes que experimentan nostalgia es más probable que abandonen la universidad, las universidades tienen un gran interés en el apoyo a los estudiantes durante su transición en este primer año”, comenta John Tyler Binfet, coautor del trabajo.
En dicha investigación, estudiantes de primer año de 44 universidades que afirmaron sentirse melancólicos, cumplimentaron un cuestionario que tenía como fin medir los niveles de la nostalgia, la satisfacción con la vida, y la conexión con el campus universitario.
En este sentido, la mitad de los estudiantes completó ocho semanas de terapia con perros, mientras que a la otra mitad se le comentó que sus sesiones con mascotas se iniciarían dentro de ocho semanas.
La terapia consistía en sesiones que implicaban interacciones de grupos pequeños con perros. Al final de la misma, los participantes volvieron a completar la encuesta, dando como resultado que aquellos que habían mantenido contacto con perros habían experimentado una reducción significativa de su melancolía y un mayor aumento en su satisfacción con la vida; mientras el otro grupo presentó un aumento en sus sentimientos de nostalgia.
H/T – Muy Interesante
