El campeón no quiso compartir su corona. El Sevilla no falló en su competición y con más sufrimiento del que muchos esperaban, se llevó la Europa League a casa nuevamente, el pase a la Champions League y una importante inyección económica para el club. Los andaluces están especializados en esta competición y ya suman cuatro títulos en su palmares. Carlos Bacca se convirtióen protagonista del encuentro. El colombiano hizo dos goles en el encuentro ante el Dnipro y participó en el otro.

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Sevilla y Dnipro salieron al césped del Nacional de Varsovia a buscar el intercambio de golpes. Ambos comenzaron con un fútbol demasiado directo que sólo favorecía al conjunto ucraniano. Con tanto balón aéreo no se veía la calidad de los hispanos y así, Kalinic no tardó en castigar a los chicos de Emery (Sevilla). Una rápida contra por la derecha terminó con el cabezazo del punta ante Rico para avisar de que la final no iba a ser un paseo. Los andaluces eran favoritos antes del duelo, pero estábamos ante un final de competición europea y esos carteles sirven de muy poco mientras la redonda todavía no es el centro de atención.

Lejos de hundirse, los sevillistas mantuvieron la cabeza fría pese a ir por debajo en el marcador y comenzaron a tocar el cuero. Con jugadores como Vitolo, Banega, Bacca o Reyes, pocas defensas pueden evitar que lleguen las ocasiones de gol. En una jugada ensayada aprovechó Krychowiak (Sevilla) para disparar con potencia por bajo y por el centro de la meta rival. El polaco, que completó un gran partido, se echó el equipo a su espalda ante sus compatriotas y terminó igualando la contienda.

El hambre del campeón no acabó con el empate. La inercia del gol daba fuerzas para seguir con el mismo guión. El ataque sevillista campaba a sus anchas en el campo rival y Sergio Rico sólo tuvo que actuar con disparos lejanos. Así, para dar más aire a su equipo, Reyes sacó el tiralíneas cuando el Dnipro se había relajado y puso un perfecto pase en profundidad para el desmarque de Bacca. El colombiano sólo tuvo que sortear al meta para poner a los suyos por delante.

Como si todo el trabajo estuviera hecho en el minuto 31, el Sevilla se cansó de tocar el cuero. No quiso hacer demasiado daño a su rival y dio un paso atrás. Grave error en un partido de estas circunstancias. El Dnipro demostró que no estaba en la final por casualidad y justo antes del descanso puso la igualada de nuevo por medio de Konoplyanka. Con un ligero toque superó de falta a un Sergio Rico que se tiró demasiado tarde para evitar el gol.

El jugador con más calidad del Dnipro, Konoplyanka, obligó a Emery a reaccionar tras su idea inicial. Aleix Vidal sufrió demasiado ante el internacional ucraniano y finalmente, el preparador donostiarra se vio obligado a dar entrada a Coke. Reyes fue el sacrificado y el lateral cerró la banda derecha.

Konoplyanka estaba más controlado, pero el esférico apenas paraba por la medular. El esfuerzo se notaba y la precisión escaseaba en la fase de creación. El cuero iba de un lado a otro y sólo se creaba peligro por medio de acciones a balón parado.

El Dnipro daba más sensación de peligro, pero Vitolo estuvo rápido para aprovechar una mala salida de balón desde la defensa de los ucranianos para poner el cuero sobre Bacca. El colombiano sacó frutos de su juego entre el fuera de juego y la posición legal y sorprendió a la defensa del Dnipro para quedarse otra vez ante Boyko. El colombiano no falló y grabó su nombre en la historia del club hispalense si no lo había hecho ya.

A partir de entonces, el Dnipro lo intentó por todos sus medios, pero la zaga sevillista lidera por un gran Tremoulinas no dio opción para la sorpresa. Sergio Rico apenas tuvo que manchar sus guantes y Boyko todavía tuvo tiempo para evitar que Bacca lograra una gloria mayor si no la tenía ya.

H/T- MARCA