Reírte tiene ‘efectos secundarios’ que aportan muchos beneficios a tu organismo. La risa alivia el dolor, aumentan el bienestar psicológico, combaten el estrés y la depresión leve, suben las defensas e incluso ayudan a adelgazar. De hecho, existe una rama de la ciencia, la gelotología, que estudia la risa como terapia.

Reírse es una de las reacciones humanas más gratificantes que puede haber. Al hacerlo se ponen en movimiento alrededor de 400 músculos, que «masajean» todo el cuerpo y es por eso que, tras la carcajada, nos sumergimos en un estado de bienestar total.

Los efectos saludables de la risa se han estudiado a lo largo de muchos años. En los años 60 el psiquiatra William F. Fry, de la Universidad de Stanford (EE.UU), observó que los efectos fisiológicos de una buena carcajada de unos tres minutos podían ser equiparables a los que se consiguen con 15 minutos de un ejercicio aeróbico, como por ejemplo, caminar.

Fry se convirtió en el creador de la gelotología, una rama de la ciencia que estudia los beneficios de la risa.

Años más tarde, Norman Cousins, político, editor y profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de California, sorprendió a la comunidad científica combatiendo la espondilitis anquilosante, una enfermedad que le causaba episodios de dolor insoportables, con terapias de risa.

La patología le fue diagnosticada tras un viaje a Rusia que le causó mucho estrés. Así que con el consentimiento de su médico se prescribió su propia medicina complementaria para combatir el estrés: altas dosis de vitamina C y largas horas frente al televisor viendo comedias y todo aquello que le hiciera reír.

Su experiencia le permitió observar que 10 minutos riéndose a carcajadas (desde el abdomen) le proporcionaba dos horas de sueño sin dolor, algo que no había conseguido la morfina. Su experiencia dio lugar a posteriores estudios sobre la risa como terapia.

¿Cómo es que la risa combate el dolor?

Se ha comprobado científicamente que la risa aumenta la segregación de unos neurotransmisores, las endorfinas para ser exactos, responsables de la sensación de bienestar y de placer. Esta sustancia se segrega en una región del cerebro, el hipotálamo, y se libera al torrente sanguíneo a través de la glándula pituitaria.

Las endorfinas se comportan como las sustancias opioides, es decir, alivian el dolor físico y producen un estado de ánimo de alegría, euforia, placer, además de relajarnos.

Pero eso no es todo, otros estudios han constatado beneficios adicionales. Por ejemplo, tiene un importante papel en la estimulación de la memoria, según un estudio realizado en gente mayor por la Universidad Loma Linda (EE.UU).

Otro trabajo de la Universidad de Vanderbilt, también en EE.UU, observó que 15 minutos de una genuina carcajada puede quemar hasta 40 calorías.

La risa es también un antídoto para sentirnos mejor y tener una vida más gratificante. Y es que se ha visto que contribuye a disminuir los niveles de cortisol (hormona encargada de aumentar la frecuencia cardiaca) y baja el estrés.

La risa en sí es un mecanismo natural del organismo para liberarnos del estrés y las emociones que nos generan malestar. Podemos reír de manera espontánea ante el miedo, la rabia o por tristeza, aunque lo solemos asociar a la alegría y estados de felicidad. Por tanto, es terapéutica en sí.

 

«Podemos empezar a practicar estando a solas ya que el simple hecho de forzar la sonrisa o incluso la carcajada, ofrece beneficios a nuestro organismo. Nuestro cerebro no entiende si me río con razón o sin ella (…) Este truco, nos ayudará a liberar las sustancias necesarias para comenzar a sentirnos bien. Además de las endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, también vamos a segregar oxitocina, conocida como la del cariño, la dopamina o motivacional y serotonina, reguladora de nuestro estado de ánimoal igual que cuando imaginamos que mordemos una rodaja de limón sentimos su ácido y salivamos, pero el limón no existe físicamente,» señala Ana Sierra, especialista en yoga de la risa.

H/T – Hola