Un grupo de científicos internacionales ha logrado reconstruir en 3D los cráneos de una especie de dinosaurio que vivió hace 200 millones de años en Sudáfrica.

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Los cráneos que pertenecían a los embriones fueron hallados en huevos fosilizados de Massospondylus carinatus —un herbívoro de cinco metros de altura de principios del periodo Jurásico— encontrados en 1976 en el parque nacional Golden Gate Higlands, en la provincia sudafricana del Estado Libre.

Desde entonces, su análisis científico estuvo limitado por su naturaleza extremadamente frágil y su pequeño tamaño.

En 2015, el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (ESRF, por sus siglas en inglés), en Francia, escaneó con un anillo de electrones (sincrotrón) los cráneos y obtuvo imágenes a nivel de detalle sin precedentes.

Finalmente, y después de tres años de procesamiento de datos en los laboratorios de la Witwatersrand, Choiniere y Chapelle lograron reconstruir un modelo tridimensional del cráneo de un dinosaurio bebé de Massospondylus.

“Solo con una instalación enorme, como la del ESRF, pudimos desbloquear el potencial oculto de nuestros fósiles más emocionantes”, aseguró Vincent Fernandez, del Museo de Historia Natural de Londres y coautor de la investigación.

Un grupo de paleontólogos descubrió más de 20 fósiles de huellas de dinosaurios de hace 100 millones de años en la provincia de Zhejiang, en el este de China.

Hasta ahora se creía que los embriones del interior de esos huevos habían muerto justo antes de estar listos para nacer (eclosión). No obstante, se encontraron similitudes con los embriones de algunos de sus parientes vivos (cocodrilos, gallinas, tortugas) y, al estudiar qué huesos del cráneo están presentes en cada etapa del desarrollo embrionario, se pudo demostrar que los embriones de Massospondylus eran en realidad mucho más jóvenes de lo que se pensaba y estaban en el 60 % de incubación. Además, se descubrió que cada embrión tenía dos tipos de dientes preservados en sus mandíbulas.

En conclusión, el estudio asegura que el desarrollo embrionario no se ha modificado mucho desde los dinosaurios y su patrón se conserva en algunos reptiles modernos.

H/T – Hispantv