El cerebro humano es un órgano sumamente complejo y las arrugas o pliegues que le dan su apariencia característica han sido estudiados por especialistas durante años para determinar el por qué de las mismas.

Nuestro cerebro ejerce la función de ser el centro del sistema nervioso, por lo tanto es responsable de realiza muchas tareas vitales como son la regulación y mantenimiento de las funciones de nuestro cuerpo. También es el órgano en el que reside tanto la mente como la conciencia del ser humano.

Siendo un órgano imprescindible para nosotros es normal que nos hagamos muchas preguntas sobre él. Una de las más comunes es: ¿Por qué nuestro cerebro tiene arrugas?

Si observas con atención los cerebros de mamíferos en los museos de historia notarás que son de diferentes tamaños y que sus arrugas varían de una a otra especie. En los cerebros estas «arrugas» son conocidas como giros cerebrales o circunvoluciones, que son los pliegues, y también están los surcos que son las hendiduras que separan esas circunvoluciones. Los pliegues principales suelen estar bien marcados en todas las especies.

Al empezar a formarse, los cerebros presentan una superficie lisa y a medida que se desarrollan se van “circunvolucionando” y formándose los surcos. Los cerebros de animales son prácticamente lisos, exceptuando los pliegues principales y varían de una especie a otra. Pero estas arrugas la podemos ver en primates, delfines, elefantes y cerdos y en los humanos se ha comprobado que los pliegues se inician a las 20 semanas de gestación y continúan desarrollándose hasta que el niño tiene más o menos un año y medio.

La existencia de estos surcos y circunvoluciones se relaciona con la inteligencia del animal. Un cerebro más grande necesitará más espacio ya que tiene más neuronas. Las arrugas o pliegues permiten una mayor extensión de corteza cerebral a pesar de estar el cerebro confinado en el interior del cráneo.

Investigadores de la Universidad de Harvard determinaron que las arrugas se forman debido al número, la forma, el tamaño y la posición de las neuronas cuando crece el cerebro. Cuando la corteza o materia gris se expande sobre la sustancia blanca que hay debajo, la corteza queda en una situación de compresión que lleva a una inestabilidad mecánica que la obliga a doblarse en determinadas zonas y como resultado tenemos las arrugas del cerebro.

Los cerebros de todos los seres humanos no son exactamente iguales, sin embargo es imprescindible que tengan las mismas “arrugas” importantes para estar sanos.

H/T – Supercurioso