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Un hombre vietnamita dedicó cientos de horas y miles de dólares a convertir un viejo microbús en un tanque de madera para su hijo, un inusual pasatiempo en un país que vivió una prolongada guerra.

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Cada fin de semana, Truong Van Dao saca el antiguo microbús de 16 asientos a recorrer su barrio en la provincia de Bac Ninh, al este de la capital Hanói, con su hijo de tres años sentado orgullosamente en la torreta.

Invirtió 11.000 dólares en la conversión del vehículo de madera, inspirado en el modelo francés EBR105 con una réplica de cañón de 2,8 metros.

«Mi hijo y yo nos divertimos paseando en el tanque, que no tiene nada que ver con armas o guerra», declaró Dao a AFP.

«Yo lo veo como un vehículo normal, lo renové como un tanque para hacerlo más interesante», agregó este carpintero de 31 años.

Preservó el motor principal y el piso del microbús, pero reacomodó el interior para darle espacio a los engranajes.

Aunque la cobertura de madera no fue complicada para el carpintero, sí tuvo dificultad en asegurar que las ocho ruedas se movieran simultáneamente.

«La parte más difícil fue hacer que se movieran las cuatro ruedas subordinadas», comentó. Por ello, la velocidad máxima que puede alcanzar es de 25 km por hora.

Los tanques en Vietnam están asociados al momento histórico en que los comunistas irrumpieron en la entrada del Palacio de la Independencia de Saigón en 1975, lo que puso fin a un sangriento período de conflictos con Francia, Estados Unidos y China.

H/T – Milenio