Uno puede tener pasiones irresistibles en la vida y una de ellas puede ser, sin duda, el chocolate en cualquiera de sus formas. Eso lo saben bien desde los más pequeños hasta los más grandes, incluido este pequeño de 4 años que llegó a límites insospechados para gente de su edad.

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El pequeño Sebastian se despertó temprano un buen día a las 8 y media de la mañana y, según parece, tuvo antojo de dulces. Como todos estaban dormidos en casa, el chico no se lo pensó dos veces y se fue hacia las llaves colgadas en la pared. Las llaves no eran las llaves de la casa, sino las de la camioneta de su abuelo.

El pequeño no tenía altura para llegar bien a los pedales pero parece que algún adulto le había enseñado cómo hacer para arrancar el vehículo. Poco a poco consiguió moverse lentamente, a 24Km/h, hasta una gasolinera muy cercana a su casa.

Por el camino se llevó varios buzones y hasta chocó con un árbol, lo que hizo que la parte delantera del coche acabara destrozada. Afortunadamente, el chico no sufrió daños.

Por suerte, unos policías cercanos se dieron cuenta de que estaba pasando algo. Lo que no esperaban encontrar al detener el vehículo es que iban a encontrarse a un niño de 4 años solo al volante.

La madre acabó con un fuerte ataque de ansiedad hasta que por fin vio al pequeño de vuelta. Ahora ya aprendieron que las llaves de los vehículos deben estar fuera del alcance de los niños para evitar que el pequeño Sebastian acabe dándose un nuevo paseo a por dulces.

H/T – Marcianos