La expulsión de metano y otros gases del llamado efecto invernadero a la atmósfera se deben a la descongelación de la capa de suelo perpetuamente congelada.

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La expulsión de metano y otros gases del llamado efecto invernadero a la atmósfera se deben a la descongelación de la capa de suelo perpetuamente congelada.

Los científicos del Experimento de Vulnerabilidad del Ártico Boreal de la NASA (ABoVE, por su siglas en inglés), se han dedicado a analizar el impacto del cambio climático en las zonas remotas de Alaska y Canadá. Los especialistas han estudiado las emisiones de metano en el Ártico, y publicaron el resultado de su estudio en la revista Geophysical Research Letters.

Los investigadores sostienen que la expulsión de metano y otros gases del llamado efecto invernadero a la atmósfera se deben a la descongelación del permafrost, que es la capa de suelo perpetuamente congelada.

«Consideramos que los puntos calientes son áreas que muestran un exceso de 3.000 partes por millón de metano entre el sensor aerotransportado y el suelo», explicó Clayton Elder —autor principal del estudio—, del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en Pasadena, California. «Y detectamos 2 millones de estos puntos calientes sobre el terreno que estudiamos», informaron en la publicación.

«Después de dos años de estudios de campo que comenzaron en el 2018 en un sitio del lago de Alaska con un punto de metano, encontramos una descongelación abrupta del permafrost justo debajo de ese punto», agregó Elder.

Cabe indicar que para comprender en qué medida el metano podría acelerar el calentamiento global, los científicos deben saber la cantidad de emisión de este.

H/T – Panamericana