La nueva generación de muñecas sexuales hablan, tocan música y hasta pueden poner en marcha un lavavajillas si se les pide. En China, cuya población cuenta con más hombres que mujeres, una empresa propone señoritas de silicona para solteros y ancianos que sufran de soledad.

“Me llamo Xiaodie, pero puedes llamarme baby”, responde una de las muñecas en mandarín y con voz de robot de la empresa Exdoll, que se basa en los progresos de la inteligencia artificial para crear muñecas capaces de expresarse. Su objetivo es combatir la soledad de los solteros, ancianos y minusválidos.

En el país asiático el desequilibrio entre hombres y mujeres es enorme: 33,6 millones más de hombres que de mujeres sobre una población total de 1.400 millones de habitantes. Esto debido a la llamada política del hijo único que entre los años 1970 y 2015 prohibía a la mayor parte de los matrimonios tener más de un descendiente.

Actualmente, en el país nacen 114 niños por 100 niñas, un desfase muy superior a la media mundial. El envejecimiento rápido de la población conlleva asimismo un gran número de ancianos viudos.

“China tiene una penuria de mujeres, es un factor que alimenta la demanda de nuestros productos. Pero nuestras muñecas no se limitan a proponer sexo”, explica a la agencia AFP Wu Xingliang, director de marketing de Exdoll.

Las muñecas inteligentes “pueden mantener conversaciones profundas y ayudar con las tareas domésticas. En el futuro incluso podrán prestar asistencia médica”, asegura.

Xiaodie está equipada con una función Wi-Fi similar al sistema Siri de los iPhones. Puede navegar por internet, ser controlada vía smartphone y responder a las órdenes vocales.

La peculiar señorita virtual cuesta 25.000 yuanes (3.200 euros, 4.000 dólares).

Además de Xiaodie, fabrican cada mes unas 400 muñecas “tradicionales” a medida; los clientes pueden elegir la altura, el tamaño de los pechos, la cantidad del vello púbico o el color de la piel, los ojos o el cabello.

La empresa pretende mejorar cada vez sus modelos, añadiéndoles reconocimiento vocal, expresiones faciales complejas y hasta la capacidad de seguir con la vista al usuario.

“Queremos un robot con el rostro más bello posible y el cuerpo más excitante posible”, resume Qiao Wu, director de desarrollo de la firma.

Qiao Wu espera que las primeras muñecas con inteligencia artificial ultrarrealistas estén disponibles en el mercado de aquí a 10 años.

H/T – Inorme21