Aunque llevaban apellidos diferentes, ambos niños compartían un detalle muy singular de su historia clínica, y es que habían sido expuestos a metanfetaminas durante el embarazo.

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Katie Page, residente en Parker (Colorado, EE.UU.), adoptó a un niño llamado Grayson, que actualmente tiene dos años, y en el año 2017 esta madre soltera se encontraba realizando el papeleo para adoptar a una niña llamada Hannah, cuando se llevó una gran sorpresa.

Resulta que la mujer se dio cuenta que el nombre de la madre biológica de ambos pequeños era igual. Incrédula, Page buscó información para corroborar si era cierto lo que sospechaba, que los pequeños eran hermanos biológicos.

Fue en medio de esa investigación que descubrió que si lo eran, ya que a pesar de que la madre de los infantes había cambiado el apellido de Grayson y su fecha de nacimiento cuando lo abandonó en el mismo hospital en el que ella lo dio a luz, habían indicios que sustentaban su sospecha.

Aunque llevaban apellidos diferentes, ambos niños compartían un detalle muy singular de su historia clínica, y es que habían sido expuestos a metanfetaminas durante el embarazo.

Pese a conocer todos eso detalles, Page, tuvo que esperar hasta el pasado 28 de diciembre de 2018, cuando obtuvo la custodia oficial de la pequeña de un año que pudo, a través de una prueba de ADN, confirmar de forma definitiva, que el niño y la niña que ella había adoptado eran hermanos biológicos.

La investigación de Page no quedó allí, ella la continuó hasta que logró ubicar a la madre de Grayson y Hannah y fue ella misma en persona quien le confirmó el laso fraternal existente entre los dos. Fue entonces que esta madre soltera se enteró que la mujer tiene otro hijo, ahora de 5 meses, y la convenció de que se lo dejará adoptar, proceso que actualmente se adelanta.

H/T – Critica