Los propietarios del departamento que alquilaba le exigieron que fuera a un médico a tratar su problema de ronquidos, la inquilina se ofendió y los denunció.

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La mujer recibió una llamada del dueño del departamento en el que vivía. Indignado, el hombre le pedía que hiciera algo para controlar sus ronquidos porque el vecino de abajo no paraba de quejarse. Era el inicio de un conflicto de más de dos años, que terminó en la Justicia con una denuncia por hostigamiento.

Se trata de una histórica inquilina de un edificio de Quebec, en Canadá, quien acababa de cambiarse de departamento dentro de la misma torre, pero sus nuevos vecinos no toleraron sus ronquidos.

La mujer no hizo caso a los reclamos y un mes más tarde los dueños se presentaron en su casa con dos cajas de productos para combatir los ronquidos. Además, al día siguiente dejaron una nota en la puerta del departamento con una recomendación de un médico para tratar su problema y el mensaje: «Take care of yourself (cuidate)».

Dejaron pasar dos meses y en diciembre de 2016 se presentaron nuevamente en el hogar de la mujer para ver en qué había quedado el conflicto de los ronquidos. La mujer no había ido al médico y le dijo a los dueños del departamento que la dejaran en paz.

Los propietarios presentaron un documento para romper el contrato en enero de 2017 y ella no se quedó de brazos cruzados y contraatacó con una denuncia en la justicia por hostigamiento y acoso. La inquilina exigía una reducción de 665 dólares en su alquiler como resarcimiento por el daño ocasionado.

Ante el juez, la mujer declaró que después de las quejas sobre sus ronquidos, sufrió de depresión, no pudo trabajar por tres meses y durmió en su sala de estar para evitar quejas de los vecinos. Además, señaló que se sintió atacada por los dueños del departamento y sus vecinos que siempre golpeaban sus techos para que deje de roncar.

Sin embargo, a más de dos años del inicio del conflicto, llegó la resolución judicial que le dio la razón a los dueños y justificó sus gestiones para que la mujer deje el edificio.

«A partir de la evidencia, parece que los propietarios trataron de ayudar a la inquilina con sus problemas de salud para que pudiera continuar en su casa sin molestar a los vecinos», escribió Marc Forest, uno de los miembros de la institución que agrupa a los propietarios de departamentos.

¿En qué terminó el conflicto? ​La Justicia le dio la razón a los dueños y, como el contrato de alquiler termina en 2019, la mujer no tendrá otra más que buscarse un nuevo hogar.

H/T – Clarin