Un estudio es el primero en exponer una razón biológica para explicar las preferencias musicales, donde resalta que los hombres que aman que el rock tienen niveles más altos de testosterona.

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La verdad es que el gusto musical es como una dimensión muy íntima y depende solamente de la personalidad del individuo. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Nagasaki, en Japón, ha encontrado una razón biológica que podría explicar las preferencias musicales de cada individuo.

Se trata, de hecho, del primer estudio que sugiere una relación entre la biología y las preferencias musicales: los hombres que prefieren estilos musicales como rock y heavy metal tienden a tener niveles más altos de testosterona que aquellos que prefieren géneros como clásico y jazz.

Hasta el momento, era bien conocido que muchos rasgos de comportamiento, incluida la personalidad, están influidos por la testosterona, como ocurre con las hormonas esteroides. Sobre esta base, los investigadores desarrollaron la hipótesis de que la testosterona determina, al menos en parte, las diferencias individuales en la preferencia musical.

A 76 voluntarios (37 hombres y 39 mujeres) se les pidió escuchar 25 fragmentos musicales de diferentes géneros que se habían dividido en cinco categorías: ‘melosa’, contemporánea, sofisticada, intensa y ‘modesta’.

Posteriormente, los calificaron según cuánto los disfrutaban en una escala de 19 niveles. Además, los investigadores tomaron muestras de saliva de cada voluntario para medir sus niveles de testosterona.

Si bien no se encontraron diferencias significativas en las voluntarias femeninas, los investigadores observaron una correlación entre los niveles de testosterona y las preferencias de ciertos tipos de música en los hombres.

Así, aquellos que tenían niveles más altos de testosterona eran mucho más propensos a revelar una preferencia por géneros como el rock y el heavy metal. Aquellos con niveles más bajos mostraron más interés en música clásica y jazz.

El Dr. Hirokazu Doi, uno de los investigadores partícipes del estudio, cree la relación hallada que tiene algo que ver con el efecto de esta hormona en el cerebro, particularmente en regiones como la amígdala, que está involucrada en el procesamiento de las emociones.

H/T –  Muyinteresante