Un youtuber llamado Tom Scott Scott decidió lanzar un pan de ajo al espacio con el propósito de descubrir a qué sabía, al final, el mejor sabor se lo llevó en la Tierra.

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Resulta que Tom Scott Scott quería probar el pan de ajo una vez que ha estado en el borde de la atmósfera. El objetivo real era llevar el pan de ajo como mínimo hasta el borde del espacio con la ayuda de una lente ojo de pez, una radio GPS y una caja. Así pudieron rastrear el aterrizaje del pan tras dos horas de “vuelo” para luego probarlo.

El pan que regresó tenía una textura parecida a uno sacado del congelador y calentado por el microondas. Por tanto, es posible afirmar que el pan de ajo en la tierra siempre sabrá mejor.

Seguramente te estás preguntando cómo llega un pan hasta la estratosfera; en realidad, es bastante sencillo. Para empezar, no fue lanzado hasta allí arriba, sino que se usó una especie de globo aerostático (también conocido como meteorológico), es decir, se ató a un globo con hidrógeno. Este tipo de globos llega, aproximadamente, hasta la media centena de kilómetros sobre el nivel del mar. Es mucha distancia, pero no tanto comparado con los kilómetros a los que están los astronautas de la Estación Espacial Internacional, a unos 360 kilómetros, o incluso más.

Así que este pan de ajo recorrió 35 kilómetros verticalmente, mucho más arriba que los aviones, que se quedan en la troposfera. No obstante, a pesar de que está muy lejos de la Tierra, no es el borde del espacio (este borde se podría considerar que está a 100 kilómetros, en lo que se conoce como la línea de Kármán, donde se junta la atmósfera y el espacio).

A medida que el globo sube, crece de tamaño, de modo que dado un punto concreto explota, y comienza a descender de nuevo. Gracias al GPS que le incorporaron, además de la GoPro, Scott y el resto de personas pudieron ir tras él a recogerlo, después de que pisara tierra suavemente mediante un paracaídas.

Una vez el pan de ajo está a 35 kilómetros de la Tierra, ¿qué es lo que ocurre con él? En este caso, simplemente nada: debido a las bajas temperaturas, se congeló, pero no sufrió ningún otro fenómeno. Concretamente, a estas alturas se manejan temperaturas de entre 0 y -50 grados. Al menos en el vídeo, que dura unos pocos minuto (el pan realmente estuvo dos horas allí arriba), se ve cómo estuvo a temperaturas de -26 grados, lo suficiente como para congelarse.

Y así fue: se congeló y a la reentrada en la Tierra, una parte se descongeló, dando como resultado un pan de ajo frío y probablemente húmedo, pero sin llegar a estar congelado.

Y resulta, después de hacerse viral el vídeo del conocido youtuber, que no es la primera vez que alguien intenta esto. Anteriormente, en 2011, un estudiante de 14 años ya lo había hecho con un pastelito relleno de nata con un resultado también satisfactorio.

H/T – Omicrono