La NASA ya ha establecido el presupuesto, la fecha de lanzamiento y los entes ejecutores de esa iniciativa.

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La NASA ha programado desplegar en el espacio hacia 2023 una nueva constelación de satélites para estudiar cómo el Sol genera y libera sus tormentas de partículas que afectan al clima y la magnetosfera de la Tierra con vistas a poder pronosticar esos fenómenos.

Esa misión de la agencia espacial estadounidense denominada SunRISE (Experimento Espacial con Radiointerferómetro del Sol, en español) contará con un presupuesto de 62,6 millones de dólares y estará dirigida por Justin Kasper, profesor de la Universidad de Míchigan, y administrada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA ubicado en Pasadena (California, EE.UU.).

Así, la NASA aspira a recabar datos no solo para mejorar la comprensión sobre cómo funciona nuestro sistema solar, sino incluso para ayudar a proteger a los astronautas que viajen a la Luna y Marte.

SunRISE constará con seis satélites CubeSat del «tamaño de un tostador» que funcionarán con energía solar, se desplegarán en una órbita ubicada a cinco radios del Sol y funcionarán como un enorme radiotelescopio que confeccionará mapas tridimensionales de esa estrella para determinar dónde se originan sus explosiones más importantes.

Justin Kasper espera obtener «una visión completamente nueva de cómo las partículas se aceleran cerca del Sol y viajan al espacio interplanetario» a partir de las primeras imágenes del cielo a frecuencias de ondas muy bajas, de 20 a menos de 1 Mhz.

Este especialista asegura que el mundo científico aún no sabe «qué acelera las partículas y dónde ocurre esa aceleración» y destaca que esa incapacidad supone un obstáculo para la previsión de las tormentas magnéticas en la Tierra y los aumentos de radiación en órbita, ya que el proceso se registra con poca antelación.

Cuando vemos el inicio de una llamarada solar y una eyección de masa coronal que despega del Sol «no sabemos si va a producir radiación de partículas de alta energía» ni, si se produce esa circunstancia, «va a llegar a la Tierra», detalló Kasper.

No todas las eyecciones de la corona emiten partículas de alta energía, pero en las ocasiones más peligrosas la cantidad del plasma magnetizado que expulsa el Sol es comparable al volumen de agua en los Grandes Lagos y, a  partir del reposo, esa masa se acelera a unos 4,8 millones de kilómetros por hora en cuestión de minutos.

H/T – Actualidad