Una sonda de la NASA, llamada New Horizons, descubrió un océano subterráneo en Plutón, después de que el análisis de las imágenes de la nave que visitó el planeta enano en 2015 revelara la existencia de un posible mar bajo una gruesa capa de hielo.

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De esta manera, Plutón se une a la lista de cuerpos celestes con un océano subterráneo y que se convierten en candidatos potenciales a albergar vida. Así, concluyeron dos estudios publicados en ‘Nature’ y en los que se explica por qué la llanura con forma de corazón, llamada Sputnik Planitia, está siempre alejada de Caronte.

La explicación de esto lo tiene el cráter provocado por la colisión de un objeto en el pasado que dejó un hueco que se ha rellenado con hielo de nitrógeno y, probablemente, agua en formato líquido que ha formado un océano subterráneo y que ha modificado la masa del planeta hasta hacerlo rotar y colocarlo en su posición habitual, con la llanura siempre de espaldas a Caronte. Así, si ese océano aumenta su masa, el planeta enano seguirá rotando sobre su eje.

El hallazgo se produjo tras una investigación de esa planicie ya que los científicos querían saber por qué esa región está ubicada cerca del ecuador; y que la llanura estuviera en su posición actual sólo se podía explicar por la presencia de ese océano.

Francis Nimmo, de la Universidad de California, y James T. Keane, de la Universidad de Arizona, son los responsables de ambos estudios, los cuales comprueban que ese océano estaría enterrado bajo una capa de hielo de entre 150 y 200 kilómetros de profundidad, mientras que la masa de agua e hidrógeno tendría una profundidad adicional de 100 kilómetros.

Por su parte, Richard Binzel, uno de los investigadores implicados en los estudios, cree que el estudio demuestra que «la naturaleza es más creativa de lo que imaginábamos». Por eso, según Binzel, el ser humano debe explorar, «para ver lo que la naturaleza es capaz de hacer».

Sin embargo, Nimmo declaró que el hallazgo no es tan sorprendente como podría parecer en un primer momento. «Tener una capa de hielo de varios kilómetros es un buen aislante», ha afirmado. El planeta, formado unos 4.600 millones de años, todavía conserva cierto calor de su proceso formativo. El investigador también ha señalado la posibilidad de que el océano contenga amoníaco, que es «un buen anticongelante».

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H/T – El Confidencial