Nadie pudiera imaginarse el lugar, donde la familia real británica escondió sus joyas de los nazis; tanto así que la reina Isabel II desconocía la anécdota hasta ahora.

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Tiene 91 años y en un mes cumplirá su 66 aniversario como jefa de Estado británica; y en un documental se recoge el escondite en el que se ocultaron los bienes más preciados de la realeza para que no cayeran en manos nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

¿Te imaginas dónde? Pues, las preciosas gemas de la Corona Imperial fueron ocultadas bajo tierra, en una lata de galletas de la marca Bath Oliver en el Castillo de Windsor. La operación fue ordenada por el padre de Isabel II, el rey Jorge VI.

Hasta ahora se había rumoreado que las gemas se habían ocultado en una cueva en Gales o en una bóveda en Canadá. Según The Times, el misterio se ha podido resolver gracias a la investigación de Alastair Bruce, un experto en las Joyas de la Corona que descubrió las cartas del bibliotecario real Sir Owen Morshead a la reina María, la madre de Jorge VI.

Bruce explica que se cavó una profunda caverna debajo de una de las entradas de seguridad al Castillo de Windsor y se construyeron dos cámaras. Para acceder a su interior se construyó una trampilla que todavía existe hoy en día.

El bibliotecario de la Corona fue el encargado de retirar las piezas más valiosas de la Corona Imperial, el zafiro St Edwards y el rubí Black Princess, y ponerlas en la lata de galletas. El objetivo era garantizar que estuvieran a salvo en caso de emergencia.

La reina Isabel, que en aquel momento tenía 14 años, desconocía la anécdota de las gemas de su corona hasta la realización del documental de la BBC, según ha detallado Bruce.

Cabe destacar que la corona, llamada Imperial de Estado, fue realizada para la coronación de su padre en 1937 y cuenta con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas, así como un gran rubí. La soberana detalla en el documental algunos de los detalles de esta joya, como su peso. “No puedes mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que levantarlo. Si lo hicieras, tu cuello se rompería”, revela la Reina sobre esta corona que lleva en la apertura formal del Parlamento británico, donde debe leer el programa del Gobierno.

H/T – La Vanguardia