Un hombre llamado Bruce Campbell le está dando la vuelta al mundo gracias a su ingenio y creatividad al convertir un viejo avión en su casa.

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Bruce Campbell, un ingeniero eléctrico retirado de 64 años, siempre tuvo una mente creativa. Cuando tenía poco más de 20 años, compró un terreno de 10 acres (hectáreas) por 23,000 dólares en el bosque de Hillsboro, en el condado de Oregón, con una visión muy clara en mente.

Aproximadamente dos décadas después, Bruce Campbell oyó que Joanne Ussery, una peluquera de Mississippi, compró un avión Boeing 727 y lo transformó en su hogar.

Después de todo, él creía firmemente que los aviones deberían ser salvados de convertirse en chatarra. El terreno no era un problema porque ya poseía 10 hectáreas, pero necesitaba suficiente dinero para comprar y transportar este tipo de vehículo no convencional hasta Oregón.

Campbell decidió comprar un avión Boeing 727 perteneciente a Olympic Airways, con sede en el aeropuerto de Atenas, por la suma de 100,000 dólares. Una vez adquirida la enorme aeronave, necesitaba transportarlo hasta el bosque en Oregón.

El transporte del avión desde Atenas, Grecia, a Oregón resultó ser la tarea más difícil y costosa de toda la empresa. Preparar y llevar a cabo la mudanza, así como atender otros aspectos relacionados con esto, le terminaría costando otros 120,000 dólares, lo que significa que el avión término costándole a Campbell un total de 220,000 dólares.

El emprendedor no podía esperar para comenzar a trabajar en su nuevo y enorme proyecto, pero primero tuvo que desplazar el avión hacia los bosques de Oregón.

Varios hombres tuvieron que desarmar las alas del avión para poder transportar la nueva adquisición de Campbell al terreno aislado. Desmontaron las alas de manera que Campbell pudo reinstalarlas una vez que el avión estuvo estacionado en su nuevo hogar.

Campbell creía que su nuevo proyecto comenzaría como un “trabajo en progreso”, pero finalmente acabaría transformándose en algo mucho más que eso después de muchos años de duro trabajo e innovación.

Durante muchos años, Campbell trabajó en el fuselaje mientras residía en las camionetas que había en las proximidades. No fue fácil para él establecerse en el bosque, pero tenía un propósito y no se iba a rendir.

Sin embargo, la camioneta estaba infestada de ratones y Campbell se vio obligado a abordar el avión antes de haber obtenido el permiso de construcción. Fue entonces cuando realmente comenzó a entender lo que podía hacer dentro de este espacio, un espacio que uno nunca imaginaría haber sido una aeronave completamente funcional en el pasado.

Campbell intentó hacer uso de todos los equipos que el avión ya tenía, dejando la mayoría de los instrumentos y controles en la cabina.

Mientras construía su propia ducha improvisada, trabajó para restaurar las características originales como las escaleras de vuelo, el lavabo, similar al de los aviones: la iluminación LED y algunos de los asientos originales. Entonces, ¿qué aspecto tiene la casa avión de Campbell en la actualidad?

Campbell ha pensado en cada pequeño detalle, como el zapatero situado en la parte delantera del avión. El estante para zapatos está lleno de numerosos pares de zapatillas, a disposición de los huéspedes que recibe en su casa.

Prefiere que todos usen calcetines y zapatillas dentro del avión para mantenerlo limpio, ya que limpiar una casa tan grande no es tarea fácil.

Duerme en un sofá, cocina con un microondas y una tostadora, come principalmente cereales y alimentos enlatados, y pasa el tiempo construyendo nuevos equipamientos improvisados.

Durante la mayor parte del día, Campbell está en el avión, trabajando en su ordenador en su estación de trabajo, donde planea mejorar su casa.

H/T – Cactus24