Cada vez son más los combustibles alternativos que se exploran para reducir el daño provocado por el calentamiento global y expertos señalan que en 2050 el hidrógeno podría representar la quinta parte de la energía consumida en el mundo, si se llevan a cabo las inversiones necesarias.

Según un estudio de McKinsey, publicado al margen de la conferencia de la ONU sobre el clima, esto «permitiría reducir las emisiones anuales de CO2 en unas seis gigatoneladas -6.000 millones de toneladas- respecto a los niveles actuales».

Además, el uso de esa fuente de energía supondría además el 20% de la reducción necesaria para cumplir con el Acuerdo de París sobre el clima, cuyo objetivo es limitar a dos grados el alza de las temperaturas mundiales respecto a la era preindustrial, añade la misma fuente.

El Consejo del Hidrógeno, que solicitó el estudio, fue lanzado a principios de 2017 durante el Foro Económico Mundial de Davos y reúne 18 multinacionales, entre ellas Alstom, Audi, el grupo BMW, General Motors, Hyundai Motor, Statoil, Total y Toyota.

Los miembros de ese grupo consideran que «el hidrógeno podría alimentar entre 10 y 15 millones de coches y 500.000 camiones de aquí a 2030, sin contar los numerosos usos posibles en otros sectores».

Según el estudio, la demanda anual de hidrógeno podría multiplicarse por 10 de aquí a 2050, y la filial «podría generar un volumen de negocios de 2,5 billones de dólares y crear más de 30 millones de empleos» en el mismo plazo.

El hidrógeno es un gas que se puede utilizar para almacenar electricidad o como carburante para los vehículos eléctricos. Se produce actualmente a partir del gas natural, un combustible que emite CO2. Pero se puede obtener de forma mucho más ecológica por electrólisis del agua.

H/T – Informe21