El pequeño dinosaurio encontrado se parece al actual colibrí, pero con dientes afilados y ojos de lagarto

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No sabemos qué tienen los dinosaurios que causan sensación allá donde van y siempre que aparecen. Solo hay que ver el éxito de la saga Jurassic World en cines, porque si algo consiguió Steven Spielberg, fue tener a varias generaciones obsesionadas con los dinosaurios y hallazgos paleontológicos. Ahora bien, uno podría decir que las películas son eso, películas; y que eso de poder extraer el ADN de dinosaurio de un trozo de ámbar enterrado durante millones de años para luego reconstruir sus cromosomas y reproducirlos de nuevo es cosa de ficción. Bien, pues ahí está la ciencia para demostrar que no solo no es una tontería, sino que podría ser posible eso de jugar a ser Dios creando especies que potencialmente pueden invadirte y acabar con la especie humana.

El único “problema” que existía cuando comenzaron a circular estas teorías era que no iba a ser posible encontrar restos de dinosaurio entre las rocas así como así, por lo que tendrían que recurrir a uno de sus parientes en la actualidad, las gall inas, para poder conseguirlo.

Bien, pues parece ser que eso ya no sería el mayor de los problemas del proceso, porque la revisa Nature ha confirmado que se han encontrado restos de un nuevo dinosaurio que ha resistido nada menos que 99 millones de años en ámbar.

Lo han bautizado como Oculodentavis Khaungraae y es el vertebrado más pequeño que se ha encontrado hasta la fecha datado del periodo Mesozoico. Sus restos fósiles, de los que solo se ha encontrado una calavera de apenas siete milímetros, han revelado que se trataría de un ave del tamaño de un colibrí, con dientes pequeños y afilados que sobresalen de su pico, que lo convertirían en un depredador que se alimentaría de insectos; y ojos más parecidos a los de un lagarto.

El pequeño dinosaurio fue descubierto en una excavación al norte de Birmania, en el sudeste asiático, por parte de un equipo de investigadores liderados por Jingmai O’Connor, investigadora del Instituto de Paleontología de Pekín y autora del estudio en el que se ha presentado el hallazgo, que arroja luz sobre la incógnita de cómo los pájaros más pequeños evolucionaron de los dinosaurios.

 “Los animales tan pequeños tenían que lidiar con problemas específicos, como la ubicación de todos esos órganos sensoriales en una cabeza muy pequeña, o cómo mantener la temperatura corporal”, explica O’Connor, que admite estar fascinada con esta nueva especie, que parece tenía que hacer frente a esos problemas de una manera inusual, dada su apariencia de pájaro y estructura más de reptil que de ave. “Es el fósil más raro que he tenido la suerte de estudiar”, admite, “Amo cómo la selección natural acaba produciendo formas tan extrañas. También somos muy afortunados de que este fósil haya sobrevivido para ser descubierto 99 millones de años después”.

H/T – Lavanguardia