Un hombre encontró una cabeza de lobo gigante de 40.000 años con el cerebro intacto en el lecho del río Tirekhtyakh, en Siberia. Ahora los científicos quieren desvelar su ADN y compararlo con el de los lobos modernos.

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El deshielo del permafrost siberiano está revelando muchas sorpresas: potros de hace 42.000 años con sangre líquida en sus venas, gusanos prehistóricos o mamuts lanudos, el hielo esconde vestigios de la vida en la Tierra hace miles de décadas.

El último descubrimiento ocurrió el verano pasado, a orillas del río Tirekhtyakh, en Yakutia, cuando un lugareño paseaba tranquilo y halló una cabeza de lobo gigante de 40 centímetros de largo. Al imaginarse que se trataba de un espécimen valioso para la ciencia, contactó con investigadores rusos, quienes han datado la cabeza en unos 40.000 años. Y, lo más sorprendente de todo: conserva intacto el cerebro.

El descubrimiento se acaba de hacer público en una exposición en Japón sobre criaturas congeladas de la Edad del Hielo, incluidos otros especímenes, ya que ha sido el equipo japonés el encargado de realizar el estudio preliminar de la cabeza, junto con un equipo de la Academia de la República de Sakha en Rusia y otros científicos suecos.

Un descubrimiento único

«Se trata del descubrimiento único de los primeros restos de un lobo Pleistoceno completamente desarrollado, con su tejido preservado», afirma el paleontólogo Albert Protopopov de la Academia de Ciencias de la República de Sakha a «The Siberian Times». «Lo compararemos con los lobos modernos para comprender cómo ha evolucionado la especie y para reconstruir su apariencia».

Según explica Protopopov, el hallazgo de restos de lobos congelados en el permafrost es bastante común -de hecho ya se habían descubierto los cuerpos de varios cachorros antiguos-. Sin embargo, nunca se había encontrado una especie con la cabeza tan grande ni mucho menos tan bien conservada, con el pelaje, los colmillos, la piel e incluso tejido cerebral. Los investigadores creen que se trata de un lobo adulto y que habría muerto entre los dos y los cuatro años de edad, según ha revelado los análisis preliminares de ADN y las tomografías, si bien ahora se quiere comparar su genética con la del lobo actual para poder ver su evolución.

El cuerpo de un león cavernícola

Además de este espécimen, los científicos también están examinando un cachorro de león de las cavernas, que se cree que es una hembra que pudo morir al poco de nacer y quedar congelada en el hielo durante miles de años. Con una longitud de unos 40 centímetros de largo, un peso de 800 gramos y apodado «Spartak», el cachorro también se encuentra en un estado increíblemente intacto, lo que brinda a los investigadores una oportunidad para estudiar y aprender más sobre estos ejemplares antiguos.

El espécimen de león de las cavernas

«Sus músculos, órganos y cerebro están en buenas condiciones», afirma al medio japonés «The Asahi Shimbun» la paleontóloga Naoki Suzuki, de la Escuela de Medicina de la Universidad Jikei en Tokio. «Queremos evaluar sus capacidades físicas y ecológicas comparándolas con los leones y lobos de hoy».

 H/T – ABC