Un estudio apunta que la Oumuamua, una extraña roca interestelar, se habría formado en un sistema planetario presidido por dos soles.

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Cabe recordar que el 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS del observatorio de Haleakala, en Hawái, detectó lo que parecía un pequeño cometa moviéndose a gran velocidad a unos 33 millones de kilómetros de la Tierra.

Sin embargo, esa roca espacial presentaba algunas características ciertamente inusuales, pues no había rastro de la típica cola que exhiben los cometas, pero parecía contar con hielo en su interior y su composición recordaba tanto a la de los asteroides metálicos como a la de algunos objetos situados en los límites de nuestro sistema planetario. Al igual que ellos contiene unas sustancias químicas denominadas tolinas que aparecen cuando algunas moléculas orgánicas, como el metano, son irradiadas por los rayos cósmicos.

Ante esto, un estudio de la Escuela de Matemáticas y Física de la Universidad de la Reina de Belfast publicado en la revista Nature Astronomy reveló que Oumuamua, como fue bautizado, mostraba una rotación caótica y no periódica, quizá como consecuencia de un impacto con algún objeto, como un planeta en formación. Además, presentaba una forma muy peculiar, sumamente alargada y se desplazaba tan rápido que, según los astrónomos, era imposible que se hubiera originado en el sistema solar: se trataba, pues, de la primera roca espacial detectada que provenía de espacio interestelar. De hecho, tampoco podía quedar atrapada en una órbita solar, por lo que acabaría abandonando nuestro barrio galáctico.

Ahora, un nuevo trabajo coordinado por Alan Jackson, del Centro de Ciencias Planetarias de la Universidad de Toronto, en Scarborough (Canadá), apunta que, muy probablemente, podría provenir de un sistema estelar binario, presidido por dos estrellas. En su ensayo, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Jackson y sus colaboradores indican que este tipo de sistemas dobles expulsan habitualmente objetos rocosos, parecidos a Oumuamua; al menos, mucho más habitualmente que otros en lo que el hielo es más abundante, como pasa con los cometas. Y como los sistemas binarios son bastante comunes, su hipótesis es que este visitante espacial proviene de uno de ellos.

A partir de los datos disponibles, han concluido que debería haberse formado en un sistema estelar relativamente caliente y con una elevada masa, ya que en ellos es más probable que se den este tipo de objetos.

Los investigadores sugieren asimismo que este asteroide seguramente fue expulsado de su sistema en algún momento durante la formación de los planetas. La órbita de Oumuamua también apunta en esa dirección. “Esta presenta la mayor excentricidad jamás observada en un cuerpo que haya discurrido a través de nuestro sistema solar”, destaca Jackson.

H/T – MuyInteresante