Aunque no lo creas, hay algunas señales que te pueden demostrar que eres un genio y no te has dado cuenta, a pesar de que son muy fáciles de distinguir y bastante comunes.

La palabra “genio” es un calificativo que muchos reciben, sobre todo, se lee mucho en Internet a diario, por ejemplo, en los campos de fútbol nace uno nuevo cada semana mientras que en el ámbito necrológico despiden a uno a menudo; el punto es que el uso de este adjetivo se ha vuelto mas bien una forma más de sensacionalismo.

Pero esto no ocurre sólo con los famosos, en la vida cotidiana también sucede y tú pudieras ser uno de ellos, sí, un genio pero de verdad; y no hace falta que sepas hablar 32 idiomas, o aprendas a tocar el piano a espaldas mientras pelas patatas con los dientes, tampoco que las paridas que haces frente a una cámara se vuelvan virales.

Lo que realmente necesitas para ser un genio es nada más y nada menos que ser un desordenado, ¿un desordenado? Sí leíste bien y aquí algunos ejemplos reales que te lo demostrarán:

1. Si odias el ruido que hace la gente al comer

Si pensabas que esto era algo mas bien neurótico, pues estabas errado; la verdad es que esto podría indicar que eres un genio, así lo demuestra un reciente estudio de la Northwestern University que sugiere que la incapacidad de filtrar información sensorial irrelevante es un rasgo característico de las personas que tienen un alto talento creativo.

De hecho, el estudio pone como ejemplos a Charles Darwin, Antón Chéjov y Marcel Proust; este último acostumbraba taparse los oídos con tapones y cubrir su habitación con corcho para bloquear el ruido mientras trabajaba.

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2. Si eres desordenado

¿Te da risa esto? Pues es la verdad, según un estudio de la University of Minnesota en 2013, en el que se estudió las implicaciones que tenían el orden y el desorden en la creatividad, la conclusión a la que llegaron los investigadores es que “aquellos participantes situados en habitaciones desordenadas eran más creativos que aquellos participantes en habitaciones ordenadas”. Al parecer, esto es porque “los ambientes desordenados parecen ayudar a romper con la convención, produciendo ideas más frescas”.

En este punto no hay nada más exacto que citar a Einstein cuando dijo “Si una mesa repleta es una señal de una mente repleta, entonces, ¿qué debemos pensar de una mesa vacía?”.

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3. Si te gusta el sexo

Aquí si no lo dudaste ¿verdad? Lo cierto es que ser calenturiento también puede ser señal de tener una inteligencia fuera de la normal. Así lo demuestra un estudio realizado por la firma de juguetes sexuales Lovehoney en 2013, en el que se basó en averiguar cuánto dinero invertían los estudiantes universitarios británicos en juguetes sexuales. El resultado fue que 7 de las 10 universidades que más gasto registraban formaban parte del Russell Group, la asociación de universidades de élite británicas. Según Lovehoney, estos datos son un claro indicador de que “los estudiantes con mayores coeficientes intelectuales pueden tener, también, un mayor impulso sexual”. Aha.

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4. Si eres alcohólico

Aunque no lo creas y parezca absurdo ser alcohólico es beneficioso en este caso y esto lo dicen dos estudios; uno de la National Child Development Study en el Reino Unido y otro de la National Longitudinal Study of Adolescent Health en los Estados Unidos, ambos indicaron que beber más de la cuenta era un reflejo de inteligencia.

Los estudios compararon la inteligencia infantil de los participantes con sus hábitos una vez adultos, teniendo como resultando que los niños más inteligentes al crecer bebían más a menudo y en mayores cantidades que aquellos niños menos brillantes.

Esto sucede sí eres bebedor de adulto y no a partir de la adolescencia.

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5. Si sufres de insomnio

Aunque no poder dormir es uno de los motivos por la cual más nos molestamos, pudiera indicar una señal de que eres una persona excepcional, puesto a que existen varios estudios que relacionan la falta de sueño con una mayor inteligencia.

La verdad es que ninguno de esos estudios es concluyente a la hora de relacionar la inteligencia con el insomnio, pero sólo hay que fijarse en la historia de los triunfadores excepcionales para comprobar que todos ellos tienen algo en común y es justamente la costumbre de dormir pocas horas.

Ahora bien, con estas señales está más que evidente sacar a relucir la famosa frase “nadie dijo que fuera fácil ser un genio”.

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H/T – playgroundmag